Economía peruana (Foto: USI)
Economía peruana (Foto: USI)

CONFIANZA. A pesar de que la economía está recuperándose de un largo periodo de desaceleración –creció 7.8% en abril y 6.4% en mayo–, la población se mantiene pesimista, mientras que las expectativas de las empresas solo han mejorado para el más corto de los plazos (tres meses) y permanecen estancadas para dentro de un año. Puede parecer contradictorio, pero tanto los ciudadanos de a pie como la gente que hace negocios pone su atención en indicadores que les afectan directamente, tales como sus ingresos actuales y lo que esperan ganar dentro de unos meses.

Según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que elabora GfK, basado en una encuesta a nivel nacional, en julio el pesimismo llegó a su peor nivel desde que Martín Vizcarra asumió la Presidencia (marzo). Es más, el 62% considera que el Gobierno no está tomando medidas para reactivar la economía y la mitad no cree que la economía volverá a crecer con Vizcarra al mando. Hay que precisar que el sondeo se realizó antes del 28 de julio, cuando la percepción general era de una falta de liderazgo del presidente.

Aunque en materia económica el discurso por Fiestas Patrias no fue destacable, quizás el impacto que tuvo en lo político termine trasladándose en parte a la percepción de los consumidores, sobre todo respecto al rol del Gobierno como impulsor de la recuperación económica –lo que se sabrá cuando se publiquen las encuestas posteriores al mensaje presidencial–. Lo que sí está claro es que el pesimismo no amainará dramáticamente mientras la gente sienta que lo que gana no le alcanza o siga enfrentando dificultades para encontrar trabajo.

Las estadísticas de empleo formal, basadas en las declaraciones presentadas a la Sunat, muestran crecimiento pero en porcentajes inferiores al aumento del PBI –lo mismo ocurre con las remuneraciones–. Además, la mayoría de personas trabaja en la informalidad, de modo que mientras su situación laboral no mejore, tampoco se sentirá muy optimista sobre el futuro de la economía en su conjunto, por más que se inicien megaproyectos, como Quellaveco, que no tendrán un efecto inmediato y directo sobre sus bolsillos.

La encuesta empresarial la realizó el BCR, también antes del mensaje presidencial. Los empresarios sí toman en cuenta los anuncios oficiales, pues pueden influir en sus ventas, pero todavía se mantienen cautelosos en sus percepciones para dentro de doce meses. Los únicos que están optimistas son los manufactureros; es que tras cuatro años de recesión es comprensible que sientan que ven una luz al final del túnel.