CHILE. Ha pasado ya más de un mes del inicio de protestas en Chile, y mucho aún se debate sobre las razones que pudieron detonarlas. Y aunque las manifestaciones se han reducido, las consecuencias recién están por verse.

El Gobierno de Sebastián Piñera y diversas agrupaciones políticas han acordado realizar en abril un referéndum en el que se preguntará a los chilenos si quieren una nueva Constitución y quiénes deberían ser los encargados de redactarla.

Las fuertes presiones llevaron a que Piñera pase de plantear solo algunas reformas a la Carta Magna, a la elaboración de una nueva. El Gobierno también ha tenido que abandonar su plan inicial de que sea el actual Congreso el encargado de redactar la nueva Constitución. La actual data de 1980.

Se estima que las protestas han dejado daños por más de US$ 2,000 millones y que puedan costar hasta 300,000 empleos. Incluso han llevado al Gobierno chileno a admitir la existencia de riesgos de una recesión en el 2020. Pero lo concreto hasta ahora es que marcarán una desaceleración del crecimiento, justo cuando empezaba a recuperarse. En el tercer trimestre del año, el PBI chileno había crecido 3.3%.

La OCDE acaba también de reducir sus previsiones de crecimiento para este año y para el próximo (2.2% y 2.4%, respectivamente). Y es que al menos hasta que no se tengan claros los cambios que se realicen en la Constitución y qué tanto impacto puedan tener en el destacado ambiente proempresa del país, existirá cautela entre los inversores y sobre las perspectivas de la economía.

Los cambios que se debatirán en Chile pueden convertirse en un referente para la región, pues la mayor parte de las modificaciones que se hagan en el marco económico tendrán como objetivo atender los reclamos sociales que detonaron las protestas. Hasta ahora, la percepción es que Piñera ha ido retrocediendo y la oposición ganando espacios con sus planteamientos. Recién el mandatario acaba de señalar el riesgo de caer en el populismo, aunque de pronto puede ser muy tarde para su preocupación.

Pero, por ahora, las protestas han provocado que Chile pierda la corona de ser el país con menor riesgo de la región. Qué ocurrirá después lo definirá el plebiscito.

Como rezan ahora las declaraciones en Chile, el crecimiento debe ir de la mano con la política social. El país vecino tendrá el reto de demostrar que es posible.