Fotos: Hugo Curotto / Grupo El Comercio
Fotos: Hugo Curotto / Grupo El Comercio

GABINETE ZEBALLOS. Hace poco más de diez días el presidente Martín Vizcarra decidió renovar parcialmente su equipo ministerial. Desde todos los frentes se habló de una crisis ocasionada por la demanda interpuesta por Odebrecht ante el Ciadi, aun cuando tanto el mandatario como el premier se apresuraron a decir que se trataba de cambios ya evaluados previamente. Pese a ello, nunca pudieron convencer sobre las razones que justificaban la salida de la ministra de Educación, Flor Pablo, ni cambiar la percepción de la población.

A lo que se suma la selección de los cambios, un ejemplo fue la designación de Susana Vilca en la cartera de Energía y Minas. Su nombramiento fue cuestionado por todas las bancadas, y es parte de las razones por las que Rocío Silva Santisteban, del Frente Amplio, ha declarado que para dar el voto de confianza es necesario un nuevo Gabinete. La bancada de Unión Por el Perú tiene una postura similar, pues considera que los actuales ministros están desgastados. Por su parte, si bien Alianza Para el Progreso no ha criticado al Gabinete, sí postergaría el voto de confianza hasta que se revisen todos los decretos de urgencia dados durante los últimos cinco meses.

Frente a estos comentarios, el presidente Martín Vizcarra tendrá que sopesar si vale la pena continuar con el gabinete Zevallos, tal como está, hacer algunos cambios más o buscar un nuevo premier que junto a un equipo totalmente renovado se presente libre de resquemores ante el nuevo Parlamento.

Las declaraciones dadas hasta el momento por los miembros de las nuevas bancadas evidencian que si bien la relación con el Ejecutivo no será tan conflictiva como en el anterior Parlamento, tampoco será un lecho de rosas como el Gobierno podría haber esperado. Aunque los parlamentarios no podrán ser reelegidos, las bancadas son conscientes de que sus acciones pueden ser determinantes para la siguiente campaña electoral con miras a las elecciones generales del 2021, por lo que el factor político estará siempre presente en los debates.

El Congreso va mostrando una imagen diferente a la esperada hace cinco meses atrás, cada bancada va con su juego propio y eso hace que las expectativas de la población por este nuevo Parlamento no sean tan altas. Incluso, desde algunos sectores se espera que concentren su labor solo en un par de temas mientras llegan las nuevas elecciones. Menos es más.