Congreso de la República (Foto: Difusión /PCM)
Congreso de la República (Foto: Difusión /PCM)

PROYECTOS DEL CONGRESO. “Los representantes ante el Congreso no tienen iniciativa para crear ni aumentar gastos públicos, salvo en lo que se refiere a su presupuesto”. Este es el texto inicial del Artículo 79 de la Constitución Política del Perú, que es parte del Capítulo 4, referido al régimen tributario y presupuestal del país. Pero a pesar de la claridad de la prohibición –que hace innecesario cualquier deseo de interpretación–, los congresistas no han dejado de pasarla por alto y continúan aprobando proyectos de ley con iniciativa de gasto.

La mecánica para la promulgación de estas normas ha seguido el siguiente patrón: los proyectos pasan por comisiones con inusitada velocidad, pese a que sus exposiciones de motivos dejan mucho que desear, y en el pleno son, generalmente, exonerados de segunda votación y casi no reciben votos en contra. Luego se envían las autógrafas al Ejecutivo, el presidente de la República las observa –explicando detalladamente por qué– y entonces el Congreso las aprueba y promulga “por insistencia”.

Entre estas leyes figura la que nivela las pensiones de policías y militares jubilados, promulgada en noviembre del 2017, que añadió S/ 1,107 millones al gasto corriente anual mientras que su impacto sobre el fondo destinado a las obligaciones previsionales de extrabajadores públicos será de S/ 17,744 millones. También está la ley que eleva la base del cálculo de las CTS de los trabajadores de Essalud, que le costará ­ S/ 281 millones anuales. Lo inverosímil de este caso es que la entidad financia su presupuesto con el dinero de los aportantes, la mayoría del sector privado, y no con recursos estatales.

El ministro de Economía, Carlos Oliva, ha señalado que el año pasado el Congreso aprobó por insistencia 50 leyes (todo un récord). Estas normas fueron observadas por el Ejecutivo porque tenían iniciativa de gasto y/o iban en contra de la política económica. Las curiosas intervenciones de muchos legisladores durante el debate de la cuestión de confianza fueron una pequeña muestra de que no están enterados de ese tema.

¿Cómo enfrentar este obstáculo? El mayor problema de las leyes promulgadas por insistencia es que el Ejecutivo pierde la oportunidad de concertar políticas con el Legislativo. Lo que no puede seguir haciendo es esperar las autógrafas para después observarlas; tiene que abandonar su actitud reactiva y asumir un rol proactivo. Es cierto que no tiene bancada que defienda sus posiciones, pero tampoco la tiene para la reforma política y, sin embargo, el presidente Vizcarra y su Gabinete sí se esfuerzan para sacarla adelante. Si no queda otra alternativa, hay que amplificar esos esfuerzos.