El funcionamiento del EESI se financiará con cargo al presupuesto institucional del MEF. (Foto: GEC)
El funcionamiento del EESI se financiará con cargo al presupuesto institucional del MEF. (Foto: GEC)

PERSPECTIVA. La recuperación de la economía, impulsada por la demanda interna y favorecida por vientos a favor del exterior, hizo que el año pasado las cuentas fiscales del Gobierno mostrasen mejores resultados. Si en marzo el BCR pronosticaba un déficit fiscal de 3.5% del PBI, ese indicador terminó el 2018 en 2.5% del PBI, 0.6 puntos porcentuales por debajo del registrado el 2017. Es más, la presión tributaria aumentó 1.1 puntos porcentuales.

Ya nos habíamos acostumbrado a que, a medida que pasaban los meses, las proyecciones oficiales empeorasen, así que este cambio de tendencia es bienvenido. Lo que ahora cabe preguntarse es si habrá continuidad este año y en el mediano plazo. Hay un puñado de riesgos que se deben tomar en cuenta, algunos exógenos como la prevista desaceleración de la economía global –que afectaría los ingresos de las empresas exportadoras–. Pero otros podrían controlarse, como la dadivosa costumbre del Congreso de aprobar leyes que comprometen el gasto corriente, o el pedido de los gobiernos regionales de gozar de más autonomía presupuestaria.

Para este año se esperan incrementos más moderados tanto de los ingresos como de los gastos, pues se anticipa una desaceleración de la inversión de los gobiernos locales y regionales, debida al cambio de autoridades. El hecho de que la minería fue el único sector que se contrajo el 2018 incidiría en la recaudación del Impuesto a la Renta. Sin embargo, lo que no resalta en los análisis del ingreso público es el efecto de las medidas aplicadas para reforzar la recaudación y elevar la base tributaria. ¿Será que ha sido mínimo?

Tampoco se sabe mucho de la austeridad del gasto corriente emprendida ni bien se inició la gestión del presidente Martín Vizcarra. Incluso se anunció que se incluiría a los gobiernos subnacionales, pero todas esas medidas han caído en el olvido. El gasto en remuneraciones continúa creciendo y el BCR advierte que dado que el Estado es un proveedor de servicios calificados (enseñanza, salud, justicia, seguridad, regulación, etc.), el aumento en su calidad y cobertura “no será posible sin el desarrollo de regímenes laborales flexibles que promuevan la captación y retención del talento humano necesario para brindarlos”.

También debe ser motivo de atención la gestión presupuestaria ante catástrofes. El Niño ha vuelto a presentarse este año y, de nuevo, cogió desprevenidas a las autoridades. El único componente fiscal que no presenta riesgos es el endeudamiento.