El primer ministro, César Villanueva, confió en que los congresistas respetarán los acuerdos de la Junta de Portavoces para que las reformas se aprueben antes del 4 de octubre. (Foto: Congreso de la República)
El primer ministro, César Villanueva, confió en que los congresistas respetarán los acuerdos de la Junta de Portavoces para que las reformas se aprueben antes del 4 de octubre. (Foto: Congreso de la República)

RELACIÓN ENTRE PODERES. La mañana del miércoles empezó con un discurso innecesariamente confrontacional por parte del presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, para sustentar el pedido de confianza, olvidando que para mostrar firmeza no es necesario el ataque. Continuó con un debate en el Congreso lleno de pullas y belicosidades donde los parlamentarios parecían no recordar que tener posiciones discrepantes y debatir ideas no requiere de gritos.

A pesar de ello y, según se pudo notar, fruto de un cuidadoso cálculo político, al final del día el Congreso decidió aprobar la cuestión de confianza planteada por el Ejecutivo, pero no en los términos solicitados por César Villanueva, pues no se precisó qué temas se debían aprobar ni en qué plazo, a pesar de que el premier en su discurso había sido enfático en decir que tenía que aprobarse los cuatro proyectos enviados por el Gobierno, dando como plazo máximo el 4 de octubre.

Si bien se otorgó la cuestión de confianza, lo cierto es que la forma en que se aprobó aún no ha despejado la desconfianza, pues permanecen las dudas sobre si realmente se lograrán aprobar los tres proyectos restantes y si se llegará a la fecha “soñada”. Lo que sí asegura para los próximos meses es un escenario de confrontación entre Ejecutivo y Parlamento, pero de baja intensidad. Es decir, todavía es pronto para saber quién ganó esta partida.

Además, aunque estamos a poco más de dos semanas de las elecciones regionales y municipales, la campaña seguirá pasando desapercibida pues interesará más comprobar si hasta el 4 de octubre se aprueban todos los proyectos de reforma constitucional planteados desde el Ejecutivo. ¿Qué sucederá si no se aprueban todos los proyectos pendientes?, ¿cómo actuará el Gobierno en ese caso?, ¿aceptará hacer el referéndum?

Estas dudas generan que siga siendo válida la evaluación hecha por Eurasia Group respecto a los riesgos de gobernabilidad del país. Si bien los resultados del miércoles hacen pensar que ambos poderes están evitando llegar a los escenarios extremos, lo cierto es que, aunque sea baja la probabilidad de que ocurra, tanto la posibilidad de una vacancia presidencial como la del cierre del Congreso no han desaparecido.