Del Solar consideró que algunos legisladores tienen la percepción "equivocada" de que la reforma es contra ellos cuando esté vigente a partir del 2021. (Foto: GEC)
Del Solar consideró que algunos legisladores tienen la percepción "equivocada" de que la reforma es contra ellos cuando esté vigente a partir del 2021. (Foto: GEC)

ESTADÍSTICAS OFICIALES. Pregunta para el presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar: ¿Está al tanto de que los años base para el cálculo del PBI y la inflación tienen desfases de una década? Le hacemos la consulta porque sus antecesores no le prestaron atención al problema, pese a que el INEI, que se encarga de realizar esos cálculos, está adscrito a su despacho. El FMI y otros organismos multinacionales y centros de investigación recomiendan poner al día las estadísticas de producción e inflación cada cinco años.

El año base para el PBI es el 2007 y para la inflación, el 2009. Mucho ha cambiado desde entonces, desde la estructura de ciertos sectores –por ejemplo, las exportaciones no tradicionales estaban lideradas por los textiles, pero hoy las encabezan los productos agrícolas–, hasta la composición de la canasta de consumo. Es que a medida que aumentan los ingresos de los hogares, el porcentaje destinado a alimentos y bebidas disminuye, mientras que aumenta el de otros bienes y servicios, como educación y esparcimiento.

Asimismo, hace diez años no existía la variedad de dispositivos digitales que hoy inundan el mercado, y que han reemplazado y desplazado a productos como cámaras fotográficas o computadoras de escritorio. Habría que añadir que los datos del INEI sobre ingreso monetario no son muy precisos, lo que pone en duda sus conclusiones sobre la reducción de la desigualdad de ingresos.

Pero el problema de las cifras oficiales no es exclusivo del INEI, sino que está generalizado en el Estado. Por ejemplo, la Superintendencia Nacional de Migraciones tiene un “boletín” electrónico (seis páginas en Excel) cuya última edición data de setiembre del año pasado y sus cifras son tan agregadas que no detallan cuántos venezolanos arriban al país. Y los datos migratorios de peruanos corresponden al 2016. El retraso también afecta al Perfil del Turista Extranjero, que elabora Promperú. El correspondiente al 2017 fue publicado en setiembre del 2018.

A las demoras en actualizar las cifras y años base hay que sumar la multiplicidad de fuentes que existe en ciertos casos. El más notorio es el empleo: los informes del INEI se basan en encuestas a personas, los del Ministerio de Trabajo, en sondeos a empresas, y los de la Sunat, en sus registros de contribuyentes. Dado que sus metodologías son distintas, en ocasiones sus resultados no coinciden.

Si las estadísticas se encuentran desactualizadas, desfasadas o tienen diversas fuentes, las estimaciones que se hagan y las decisiones que se tomen –tanto en el sector público como en el privado– no serán las más apropiadas. ¿Alguien se atreverá a arreglar este enredo?