Foto: Andina.
Foto: Andina.

CIFRAS. Suele pensarse que Lima explica alrededor de un tercio del PBI nacional, que el turismo mueve la economía cusqueña y que la agroexportación hace lo propio en Ica, La Libertad y Piura. Pero las estadísticas muestran una realidad bastante distinta, pues las actividades primarias continúan liderando la producción en la gran mayoría de departamentos, incluidos los que supuestamente están encaminados hacia el desarrollo económico.

El INEI publica trimestralmente informes de la actividad económica departamental, y lo primero que salta a la vista es la gran diferencia entre la capital y el resto en la participación del PBI, que es mayor de la que muchos creen: el 42.6% del PBI total corresponde al departamento de Lima –se incluye el Callao–. Le siguen, de lejos, Arequipa (5.3%), Áncash (4.9%), La Libertad (4.6%) y Piura (4%). Los de menor peso son Tumbes (0.5%), Amazonas, Apurímac, Madre de Dios (cada uno con 0.6%) y Huancavelica (0.8%).

En suma, la centralización económica es muy profunda y hoy ya debería estar claro que el problema no se resuelve transfiriendo recursos fiscales a los gobiernos regionales para que paguen a profesores y otros servidores públicos, que ha sido el único cambio palpable del mal llamado proceso de descentralización. La estructura productiva también es diferente en Lima, que ha sido una de las pocas beneficiadas con la recuperación de la construcción.

En el primer trimestre, este sector creció 5.1% a nivel nacional, aunque en la mayoría de departamentos se expandió por debajo de esa tasa y en algunos continúa desacelerado, mientras que en la capital lo hizo en 10.4%. Algo parecido ocurrió con el comercio, que en todo el país aumentó 2.7%, aunque impulsado por el resultado de Lima (3%). Este sector es la primera actividad económica de cinco departamentos y en todos está enfriado.

En diez, el motor es minería e hidrocarburos. Entre ellos, Cusco, donde explica casi la mitad del PBI (49.1%), en gran medida por la extracción de gas en Camisea. El turismo solamente incide en el circuito que une la Ciudad Imperial con el Valle Sagrado y Machu Picchu, pues en el resto del departamento casi no existe. En los de la costa, la mayor incidencia corresponde a la pesca y sus industrias: harina y aceite de pescado, además de enlatado y congelado, todas ellas clasificadas como primarias.

Abraham Valdelomar decía que “Lima es el Perú”, pero ya es tiempo de que esta aseveración se quede en el ámbito literario, pues en lo económico es preciso y urgente comenzar a cambiar la estructura productiva del país. Muchos países extractores de materias primas lo han logrado, pero tenían líderes con visión y voluntad de propiciar el cambio.