Editorial de Gestión. Se requerirán no solo recursos, sino tener presente que el centro de la educación son los alumnos.
Editorial de Gestión. Se requerirán no solo recursos, sino tener presente que el centro de la educación son los alumnos.

EDUCACIÓN. Mejorar el nivel educativo ocupa el tercer lugar en la preocupación de los peruanos, incluso en algunas zonas del país sube al segundo lugar. Si antes de la pandemia el nivel educativo en el Perú era bajo —en los resultados de la prueba PISA 2018, el Perú ocupó el puesto 64 de 77 países—, luego de casi un año y medio en que la mayoría de los colegios está cerrado y la educación se lleva solo vía online, no hay duda que el nivel ha caído notoriamente, sobre todo si se tiene en cuenta que en muchas localidades los estudiantes han tenido serios inconvenientes para acceder a la enseñanza virtual.

Un informe del Banco Mundial —según un artículo de The Economist— señala que, en la actualidad, alrededor del 77% de estudiantes de Latinoamérica estaría por debajo del desempeño mínimo para su correspondiente edad, y aunque se pueda pensar que el problema es solo de corto plazo, según el organismo, esta enseñanza virtual generará que el escolar promedio podría perder el equivalente de US$ 24,000 en ingresos durante su vida.

Siendo así, no resulta ilógico que el Gobierno decidiera iniciar las clases semipresenciales en algunas escuelas del país, sobre todo en las zonas rurales. Según las declaraciones del ministro Ricardo Cuenca, ya más de 2,400 escuelas operan de forma semipresencial beneficiando a más de 100,000 estudiantes y cumpliendo con todos los protocolos sanitarios necesarios.

Siguiendo este ejemplo y en función al avance de la vacunación, la cual debería incluir a los mayores de 12 años, el próximo gobierno tendría que realizar un gran esfuerzo para tratar de reabrir los colegios inicialmente de manera presencial, pero asegurando que para el 2022 las clases puedan llevarse de manera presencial. Sin embargo, no bastará con reabrir los colegios, desde el ministerio se tendrá que plantear evaluaciones para medir el nivel en que se encuentra cada escolar, y de ser necesario plantear recuperación de clases en fechas y horarios adicionales o modificando el calendario escolar.

Para todo ello se requerirán no solo recursos económicos, sino tener presente que el centro de la educación, tal como hemos repetido más de una vez desde estas líneas, son los alumnos. Preocuparse por ellos implica brindar educación de calidad y exigir al sector privado, lo mismo que se está dispuesto a cumplir como sector público.

En esa medida, resulta importante que el Ejecutivo observara la norma que busca controlar las pensiones en los colegios privados, así como el cobro de otros costos, no solo porque la autógrafa de ley va contra la Constitución, sino porque dadas las carencias educativas actuales el sector privado debe ser visto como un aliado. Si la educación pública logra recuperar el prestigio que tenía hace varias décadas atrás, no tendrá que preocuparse por controlar los precios del sector privado.

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