Editorial de Gestión. Ha aumentado el porcentaje de trabajadores que no cuentan con protección laboral. . (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. Ha aumentado el porcentaje de trabajadores que no cuentan con protección laboral. . (Foto: GEC)

CRECIMIENTO. Abril del 2020 fue el peor mes de la pandemia en términos económicos. La casi completa paralización productiva generó una caída del PBI de 39.1%. Por ese motivo, para abril de este año se esperaba un fuerte rebote estadístico, y así sucedió: 58.49%, una tasa alta considerando que todavía hay restricciones como toque de queda y cuarentenas focalizadas geográficamente. Sin embargo, no se puede afirmar que haya una “fuerte recuperación”, pues para ello habría que comparar los indicadores con los que existían antes de la pandemia.

Otra forma de analizar la coyuntura es usando el PBI desestacionalizado, que elimina componentes como variaciones de días laborables y feriados móviles, lo que permite realizar comparaciones entre meses consecutivos. Desde mayo del 2020 hasta enero de este año, el PBI desestacionalizado creció mes a mes (por ejemplo, el de octubre se expandió respecto al de setiembre), pero esa tendencia cambió desde febrero último. En abril, el PBI desestacionalizado se contrajo 0.8% respecto de marzo. Por tanto, no es tan cierto que la economía en general se esté recuperando plenamente –aunque hay sectores que sí se han reactivado, como construcción y exportaciones–.

La situación del empleo también permite concluir que aún falta mucho. El INEI está colocando las variaciones de sus indicadores laborales con respecto al mismo periodo del 2019, lo cual ayuda a ver más allá del efecto estadístico. Por ejemplo, para el caso de Lima y Callao, registra un aumento de 53% en el empleo adecuado en el trimestre marzo-mayo, respecto del 2020, pero una reducción de 29.6% respecto del 2019. Eso significa que el empleo adecuado todavía está por debajo de sus niveles prepandemia.

La data laboral a nivel nacional está actualizada hasta marzo, así que es posible analizar el comportamiento anualizado de indicadores clave, como informalidad e ingresos, pues coincide con lo que va de la pandemia (abril 2020-marzo 2021) y con el periodo inmediatamente previo (abril 2019-marzo 2020). El empleo informal se incrementó 4.6 puntos porcentuales hasta alcanzar el 77.3% del empleo total, lo que muestra el efecto de una reapertura mal implementada, puesto que ha aumentado el porcentaje de trabajadores que no cuentan con protección laboral (seguro médico, pensión de jubilación, CTS, etcétera).

Dado que mayor informalidad suele implicar menores remuneraciones, los ingresos cayeron 17.6% frente al periodo prepandemia. En lugar de demonizar al sector formal, el próximo Gobierno podría comenzar a pensar en cómo formalizar.

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