ENCUESTA. Hoy se cumplen 51 días desde que Pedro Castillo y su agrupación Perú Libre asumieron la Presidencia. Casi dos meses después, es claro que la incertidumbre que caracterizó la segunda vuelta no solo se ha mantenido, sino que se ha agudizado, pues si bien antes se entendían los silencios del candidato y su entorno respecto a algunos temas, ahora que está en el poder no es justificable, porque su labor es gobernar. La percepción de la ciudadanía respecto a este comportamiento queda evidenciada en la última encuesta elaborada por Datum para Gestión, en la que un 46% desaprueba el accionar de Castillo (5 puntos más que en agosto), mientras que su aprobación es de 42%.
En los jóvenes de 18 a 24 años la desaprobación es más alta (50%), seguidos por quienes van de 45 a 54 años (49.4%). Una mirada hacia los niveles socioeconómicos y zonas geográficas muestra que en los sectores A/B y C la desaprobación supera a la aprobación, mientras que sucede lo contrario en los sectores D y E. Asimismo, en Lima, Callao y la región norte la desaprobación es mayor, mientras que en el centro y el sur del país la aprobación es más alta. Estos resultados no llaman la atención, pues el discurso de Pedro Castillo y su entorno, desde la campaña y ya en el Gobierno, ha sido polarizar al Perú enfrentando a capitalinos y provincianos o pueblo contra élite, y hasta el momento la única acción concreta realizada por el Ejecutivo ha sido la entrega de bonos y el subsidio al balón de gas.
Pero más allá de la aprobación, un aspecto en el que el Gobierno debería poner atención es en la percepción de si van por el rumbo correcto. Allí la encuesta revela que para un 53% el Gobierno va por el rumbo equivocado, idea que comparten casi todos los niveles socioeconómicos (salvo el estrato E) y para todas las edades.
Otro punto en el que tanto quienes aprueban a Castillo como quienes lo desaprueban están de acuerdo es en que en el actual Gabinete hay ministros vinculados con el terrorismo (63%), incluido el primer ministro Guido Bellido (53%), por lo que si el Gobierno cree que con el silencio o mirando a otro lado va a cambiar la percepción de la ciudadanía se equivoca. Corresponde, más allá de la lucha de poder interna en Perú Libre -puesta en evidencia por el ministro de Justicia y Cerrón- que el presidente de una vez cambie a los ministros más cuestionados de su Gabinete y elija a nuevos miembros que cuenten con la capacidad necesaria para ejercer el cargo.
Castillo debería entender de una vez que con incertidumbre no habrá crecimiento sostenido, el empleo seguirá estancado y las protestas seguirán incrementándose, como ya sucedió el mes pasado (ver página 23 en la edición de hoy). Sin embargo, pese a toda la evidencia hasta ahora continúan por el rumbo equivocado.