INTERPELACIÓN. Hoy el ministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva Villegas, deberá responder al Parlamento las 47 preguntas que comprende el pliego interrogatorio de los legisladores. La mayoría está orientada a conocer en qué consiste la propuesta del MTC para reorganizar y modificar la estructura organizacional y el funcionamiento de la ATU y la Sutran que ha sido parte del pedido de facultades solicitadas al Legislativo.
Además, el ministro deberá responder respecto a la idoneidad y el conflicto de intereses de las autoridades nombradas por su despacho (viceministros, directores y jefes de instituciones), incluyendo a la renunciante Doris Alzamora Chamorro, quien fue nombrada jefa de Sutran y duró una semana en el cargo debido a las denuncias en su contra, y a Samuel Daza Taype, exdirigente gremial de los taxis colectivos, quien fuera nombrado en setiembre como director general de la Oficina General de Articulación, Monitoreo y Evaluación de Impacto y que renunció el día de ayer.
Pero sobre todo el ministro deberá responder políticamente por la reunión sostenida el 3 de noviembre con los gremios de transporte en la que, según los audios difundidos, tuvo una actitud más de dirigente gremial que de autoridad nacional que debe velar por el cumplimiento de las normas y asegurar un buen servicio para los ciudadanos.
Que el ministro registrara multas por haber conducido vehículos piratas no era un buen augurio al ser nombrado y sus escandalosos ofrecimientos, como la renovación automática por diez años de las rutas en Lima y Callao, el retorno del diésel al Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles “por tiempo indefinido”, condonar multas que suman decenas de millones de soles y ofrecer “la cabeza” de quienes lideraban entidades a cargo de la reforma del sector, terminaron por pintarlo de cuerpo entero.
Lograr llevar adelante una real reforma del transporte que piense en los usuarios no es sencillo, hay muchos intereses de por medio –pasó en gobiernos anteriores y pasa ahora–, tanto que la interpelación a Silva no fue aprobada en una primera votación por el Congreso, solo la presión mediática logró que se volviera a votar y se consiguiera el apoyo necesario.
Sin embargo, no se debe retroceder en lo ya avanzado, y si bien hoy la decisión estará en manos del Parlamento, es necesario conocer, por transparencia, si el ministro respondió el oficio enviado por la primera ministra, Mirtha Vásquez, y si ella quedó satisfecha como para mantenerlo en el cargo.