Editorial de Gestión. Este Gobierno debería aprobar, sin más demoras, los incentivos para la creación de empleo formal. (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. Este Gobierno debería aprobar, sin más demoras, los incentivos para la creación de empleo formal. (Foto: GEC)

RECUPERACIÓN. Tras la significativa caída del PBI por la aplicación de la cuarentena rígida (llegó a -40% en abril), la economía ha venido disminuyendo a tasas cada vez menores (-11.7% en julio, -9.8% en agosto y alrededor de -7% en setiembre, según proyecciones privadas). Indicadores adelantados de octubre, como el consumo de electricidad, de cemento y de la inversión pública muestran que la tendencia continuaría en lo que resta del año.

Esta situación despierta expectativas. El Gobierno considera que la recuperación de la economía es más rápida de lo esperado y en el MEF estarían revisando sus pronósticos. La tasa de caída para este año podría resultar menor a la que estimó (-12%) en el Marco Macroeconómico Multianual (MMM 2021-2024).

Sin embargo, por ahora no hay que perder la moderación, pues el PBI sigue a la baja. La mayoría de las proyecciones coinciden en que recién alcanzará el nivel de diciembre del 2019, en el mejor de los casos, a fines del 2021. Además, porque el ritmo de recuperación se está moderando e, incluso, en algunos sectores se estaría revirtiendo.

Un factor es la debilidad de la demanda interna, en particular del consumo privado. Y eso tiene que ver con la capacidad de compra de la población, cuyo indicador más importante es la masa salarial, la cual, aun cuando se ha recuperado, todavía está muy baja (en Lima, en el trimestre julio - setiembre, está al 67% de su nivel del 2019), lo cual se explica principalmente por la pérdida de empleos de calidad (y aumento del subempleo y la informalidad), así como la reducción del ingreso promedio por trabajo.

Si se busca que la recuperación de la economía se consolide, el Gobierno debería aprobar, sin más demoras, incentivos para la creación de empleo formal que, a principios de este mes (aunque ya tenía tres meses de anunciado), la ministra de Economía dijo que ya estaban listos, y posteriormente se conoció que básicamente se trataba de un nuevo subsidio de hasta el 55% de la planilla formal de nuevas contrataciones, sobre todo de empleo juvenil. Sin embargo, parece que el Ejecutivo no tiene interés en impulsar su propia iniciativa.

Asimismo, hay que promover más la ejecución de la inversión pública intensiva en mano de obra temporal. Los programas de Arranca Perú que tienen esa característica no van a la velocidad que se requiere. Además, dado que la recuperación alcanzada se sostiene en el reinicio de las actividades, una tarea del Ejecutivo es evitar una segunda ola de la pandemia en el país. Las autorizaciones de actividades que conllevan aglomeraciones son un riesgo alto. Por todo ello, no hay que bajar la guardia, que es la mejor receta para que la recuperación económica no se trunque.