Editorial de Gestión. Quien salga elegido deberá hacerle frente a las expectativas de la población, que no le otorgará periodo de luna de miel | Foto: ONPE
Editorial de Gestión. Quien salga elegido deberá hacerle frente a las expectativas de la población, que no le otorgará periodo de luna de miel | Foto: ONPE

ELECCIONES GENERALES. Aún sin resultados oficiales, culminó la primera etapa del proceso electoral que, si bien establecerá la composición del nuevo Parlamento, requiere de una segunda vuelta para conocer quién ocupará el sillón de Pizarro.

Para algunos será una sorpresa que Pedro Castillo, de la agrupación Perú Libre, sea quien hasta el momento lidere los resultados. Sin embargo, el 1 de abril, en la última encuesta que Gestión pudo difundir, Datum señalaba que Castillo tenía un 5.9% de intención de votos válidos, y su mayor apoyo estaba en el centro y sur del país. En la última semana, los sondeos indicaban un rápido crecimiento del candidato, incluso ocupando el primer lugar.

El porcentaje obtenido por el aspirante de Perú Libre responde en parte al descontento de la ciudadanía frente a la incapacidad del Gobierno nacional y de los regionales para cubrir las necesidades de la población. Su discurso extremista calza con ese descontento y personifica en el modelo económico actual todos los problemas existentes.

Su candidatura causa temores, primero porque su vicepresidente Vladimir Cerrón fue retirado de la contienda al estar condenado por corrupción. Pero, sobre todo, porque mantiene una postura crítica a la participación del sector privado en la economía del país.

Castillo busca un cambio radical con una mayor participación del Estado en la economía (una formula que ya se aplicó en el pasado y fracasó), lo que, sin duda, implicaría una modificación de la Constitución que podría afectar los candados que existen actualmente para impedir que el gobierno de turno utilice de manera irresponsable la emisión inorgánica y la autonomía del BCR, entre otros temas. Su presencia también pone en duda la tan necesaria meritocracia del sector público, no en vano como líder sindical se opuso a la evaluación de maestros y a la ley de la carrera magisterial.

Hasta el momento no queda claro quien acompañará al candidato de Perú Libre en la segunda vuelta. Los resultados ajustados ponen como primera opción a Keiko Fujimori o Hernando de Soto, pero tampoco se puede descartar a priori que pudieran ser Yonhy Lescano, Rafael López Aliaga o Verónika Mendoza. Se tendrán que esperar algunos días para tener certezas.

En todo caso, quien salga elegido el 6 de junio tendrá que hacerle frente a las expectativas de la población, que no le otorgará ningún periodo de luna de miel porque la necesidad de ingresos (empleo) y salud son imperiosas. La pandemia será su principal tarea. Sin vacunas y sin control de la pandemia, nada de lo que plantee se podrá hacer realidad.

Sin embargo, también deberá hacerle frente a las bombas de tiempo que le dejará el actual Congreso y que, sin duda, representarán un freno a su capacidad de acción. La imposibilidad de contratar vía CAS o las normas referida a la disponibilidad de fondos de AFP que hará que un alto número de personas ya no cuenten con un fondo para su jubilación, serán un serio problema. El camino para el siguiente gobierno es cuesta arriba.

TAGS RELACIONADOS