EDUCACIÓN. La educación fue uno de los pilares de la campaña de Pedro Castillo, tanto así que el cargo de maestro fue su firma. Al llegar a la presidencia el tema siguió siendo recurrente, aunque básicamente estuvo orientado al tema salarial para los maestros y el reconocimiento del sindicato al que pertenece el mandatario. Recién este año el Ministerio de Educación (Minedu) se ha dado a la tarea de recabar sugerencias para el cambio de la currícula escolar, al punto que esta fue la carta principal durante el discurso del mandatario ante la ONU.
“Estamos realizando consultas sobre la nueva currícula nacional denominada ‘Tu voz para una mejor escuela’, donde el objetivo es contar con una currícula actualizada”, dijo Castillo, además agregó que la meta es lograr una educación inclusiva, descentralizada, diversificada y que cierre brechas, poniendo especial énfasis en los sectores más vulnerables.
Lo dicho suena bien; sin embargo, las recientes acciones del Minedu desmienten todo lo afirmado por el presidente. Una de ellas es la decisión de reducir de 5,000 a 1,194 las vacantes para la convocatoria a Beca 18 del próximo año. Esta medida afecta justamente al grupo de estudiantes de bajos recursos, a los que vienen de los sectores más vulnerables y que buscan en la educación el camino seguro para el cierre de brechas.
El ministro de Educación, Rosendo Serna, ha tratado de justificar esta decisión con dos razones. La primera es que ya no será necesaria cuando se apruebe la modalidad de ingreso directo a las universidades, y la segunda es que el Programa Beca 18 no está funcionando adecuadamente y no llega a quienes debería.
Lo que olvida el ministro Serna es que el proyecto de ingreso directo aún no se ha aprobado y regirá solo para las universidades públicas que ya son gratuitas, mientras que Beca 18 incluye a universidades privadas. De igual manera, si bien ningún programa es perfecto y siempre deben ser revisados y actualizados, el trabajo para mejorar Beca 18, direccionarlo de mejor manera y evitar filtraciones no requiere que se reduzca el beneficio. Los cambios al programa están en manos del Ejecutivo, por lo que de existir la voluntad podrían hacerse rápidamente. Sin embargo, eso requiere contar con los mejores profesionales en el equipo de trabajo, y la contratación de María Tarazona como directora del Pronabec no parece la mejor opción. No queda clara su designación, sobre todo luego de que Tarazona tuvo que “dejar” el cargo de viceministra en el Midis al no cumplir con los requisitos.
Las acciones dicen más que las palabras y eso debería quedarle claro al Gobierno.