Editorial de Gestión. Si de verdad quiere aprender de sus errores, debe entender que la estabilidad y la predictibilidad son fundamentales para el crecimiento económico. (Foto: Leandro Britto/@photo.gec)
Editorial de Gestión. Si de verdad quiere aprender de sus errores, debe entender que la estabilidad y la predictibilidad son fundamentales para el crecimiento económico. (Foto: Leandro Britto/@photo.gec)

REFORMA CONSTITUCIONAL. A pesar de las observaciones del Ejecutivo, el Parlamento decidió aprobar por insistencia la norma que precisa los alcances de los artículos 40 y 44 de la Ley 26300 relativos a la improcedencia del referéndum y a quién debe convocarlo, especificando que deben ser interpretados en función del artículo 206 de la Constitución, que establece que toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso.

Sin embargo, el Ejecutivo, con el presidente Pedro Castillo a la cabeza, han anunciado que plantearán una demanda de inconstitucionalidad contra la norma al considerar que va contra la voluntad popular y que vulnera la participación política de los peruanos, olvidando que el mismo artículo 206 señala que los ciudadanos también pueden plantear una reforma constitucional.

Lamentablemente, el mandatario insiste en el tema de la Asamblea Constituyente porque fue una promesa de campaña y una de las ideas fuerza del ideario de Perú Libre (y Vladimir Cerrón). Trata de argumentar que es “el pueblo” el que quiere la reforma y desconoce que apenas un 32% de peruanos apoya dicha propuesta y solo un 10% la considera prioritaria (según encuesta de Ipsos).

Dado que la declaración de inconstitucionalidad requiere de cinco votos a favor, la posibilidad de que el Ejecutivo logre un fallo a su favor no es sencilla y la pregunta que surge es ¿qué hará el Gobierno? En la entrevista brindada a César Hildebrandt, el presidente deja entrever que de no permitirse una Asamblea Constituyente apoyarían acciones como las ocurridas en Chile. Esta actitud beligerante de insistir en una “refundación” del país no ayuda en nada a darle viabilidad a la recuperación económica que necesita la población.

Si bien, el último sondeo del SAE muestra que los empresarios tienen un cierto optimismo por como pudieran desarrollarse los acontecimientos este año, lo cierto es que el ruido político es un factor determinante, y las expresiones del presidente solo hacen sentir que se vive una “calma chicha”, lo que en realidad no permite que se hagan planes de mediano o largo plazo, algo que es vital para los inversionistas y para las personas que requieren los empleos que estos crean. Castillo se esmera en declarar que solo busca mejorar el país trabajando en conjunto con la inversión privada. Pero lo cierto es que sus acciones y su comportamiento en las redes sociales evidencian todo lo contrario. Si de verdad quiere aprender de sus errores, debe entender que la estabilidad y la predictibilidad son fundamentales para el crecimiento económico.

TAGS RELACIONADOS