La responsabilidad que tiene entre sus manos el JNE es enorme. (Foto: archivo GEC)
La responsabilidad que tiene entre sus manos el JNE es enorme. (Foto: archivo GEC)

ELECCIONES GENERALES. Más allá de la opción política elegida por cada ciudadano, queda claro que los actuales comicios han generado un alto nivel de polarización nunca visto. La responsabilidad que tiene entre sus manos el JNE es enorme, pues no solo definirán al próximo gobernante del país, sino que su decisión tendrá un fuerte impacto en el futuro político de la nación para los próximos cinco años.

En esta elección no solo está en juego la legalidad de las elecciones, sino sobre todo la legitimidad de quien conduzca el país en los próximos cinco años. Lo que se debe evitar es repetir el escenario vivido en los cinco años anteriores y por ello la labor de quien tiene la última palabra en materia electoral es tan importante.

Pero mientras el JNE realiza su labor, lo vivido en los últimos días abre varias interrogantes que deben ser resueltas por la autoridad electoral. ¿Qué debe primar, lo que dice textualmente la ley o los magistrados pueden darle mayor valor a la intención de los votantes? ¿Cada jurado electoral puede tener un criterio propio? ¿El ente electoral puede evaluar de manera independiente a qué hora termina o no termina un plazo, sin tomar en cuenta el criterio legal general? ¿Cuál debe ser la labor de los personeros?

Las audiencias transmitidas dejan ver una infinidad de errores materiales que bien podrían ser validados al examinar toda la documentación correspondiente. Por ejemplo, en un acta (en un evidente error) se consignó en donde se solicita el número de votantes, la cifra de personas que no asistieron, lo que se evidencia cuando se compara con el acta donde están consignados los votos por partido. Sin embargo, si bien, todo el proceso ha sido público, no queda claro cuál ha sido el criterio aplicado y por qué en algunos casos los magistrados sí han declarado fundado algunos reclamos y otros no –las decisiones demuestran que no ha sido por favorecer a una agrupación política en particular–. Lamentablemente, eso es lo que genera las dudas que pueden empañar los resultados electorales.

La actitud que hoy muestra el JNE no es nueva, ya en anteriores ocasiones le han dado mayor peso a lo formal. Sin embargo, lo importante ahora es que los magistrados sean transparentes y que se dé una respuesta clara y sostenida a los reclamos presentados, para que no se ponga en duda la legitimidad del próximo gobierno.

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