ECONOMÍA Y FINANZAS. El ministro Kurt Burneo dio su primera conferencia de prensa para presentar el Marco Macroeconómico Multianual 2023-2026, y durante la exposición y la rueda de preguntas dejó en claro varias de las ideas que marcarían su pasó por el jirón Junín. Por ejemplo, no solo señaló que ya tendrían casi listo el plan de reactivación económica, que presentarían la próxima semana, sino que, además, no contempla aumento de impuestos, incluso dijo estar en desacuerdo con la posibilidad de aplicar un impuesto a las sobreganancias mineras y que se están revisando las últimas medidas laborales dadas por el Ejecutivo.
Pero quizás la declaración más importante dada por el titular del MEF radica en el hecho que “si hay más cosas (que apruebe el Gobierno) en las que yo no estoy de acuerdo, pues obviamente no tendría sentido que me quede en la posición”, es decir, Burneo está dispuesto a hacer valer la postura de su cartera y recordar la importancia que tiene el ministerio que se encarga de manejar los ingresos y los gastos del país. Desde estas líneas ya se ha repetido que, en los últimos años, pero sobre todo en este gobierno, el peso del Ministerio de Economía y Finanzas fue minimizado, pues se ratificaron leyes del Congreso o se dieron normas en sectores como Trabajo y otros que tenían una opinión en contra del MEF.
Incluso, a modo de ejemplo, Burneo dijo que está en desacuerdo con la reducción del IGV al 8% a los restaurantes, y que si bien él recién llegaba al ministerio, dicha medida contaba con una opinión desfavorable de su cartera. Agregó que en general no está a favor de otorgar exoneraciones tributarias para reactivar la economía, sobre todo cuando van a determinados sectores, pues considera que existen otros mecanismos que sí pueden ser medibles y que pueden resultar más efectivos.
Lo más importante es que su posición ya fue expuesta ante Pedro Castillo, con lo que se debería esperar que o el MEF recupere parte de su injerencia o el ministro Burneo dure muy poco como titular del sector. En todo caso, como dice el refrán: “guerra avisada no mata gente”, y con lo difícil que le está resultando al mandatario conseguir profesionales de carrera que acepten formar parte de su gobierno, debería cuidar a los pocos que aún le quedan.