VOTO DE INVESTIDURA. Tras nueve horas de debate, el Gabinete de Aníbal Torres consiguió que 64 parlamentarios le dieran el voto de confianza. ¿El mensaje de Torres fue el motor que logró convencer a los parlamentarios? La verdad, eso sería difícil de creer, pues se trató de un discurso plagado no solo de lugares comunes y frases hechas sino de afirmaciones sin mayor sustento. Por ejemplo, el titular de la PCM inició haciendo un llamado a la concertación, cuando esa no ha sido su carta de presentación en las pocas semanas que lleva en el cargo, para no hablar de sus declaraciones previas como ministro de Justicia.
De igual manera, aprovechando que su presentación coincidió con el Día de la Mujer dijo que “la lucha contra la violencia hacia las mujeres no puede ser ignorada”, olvidando que en su entorno existen ministros y funcionarios investigados por violencia familiar. Sostuvo que asegurarán la idoneidad en el acceso y ejercicio de la función pública, pero no mostró ninguna intención por retirar del Gobierno a los ministros o los funcionarios que no cuentan con las calificaciones necesarias para su cargo. Nuevamente, se habló de mayores subsidios y la ampliación de beneficiarios en los programas Juntos y Contigo, y de un aumento del piso salarial para los maestros. Pero si no se consiguen mayores ingresos, la pregunta cae de madura: ¿de dónde se obtendrán los recursos?
En resumen, con un discurso lleno de vacíos (no se dijo nada de las acusaciones de corrupción que tiene el Gobierno, y fue muy poco lo que se habló de descentralización) y de promesas respecto a lo que se pretende hacer, pero sin casi ninguna explicación respecto a cómo se planea alcanzarlas, resulta evidente que el voto de confianza estaba definido aun antes de la presentación.
El argumento de varios de los congresistas que dieron su apoyo fue la gobernabilidad, pero es imposible que ignoren lo que esta votación significa. No en vano el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, fue el primero en decir que el voto de confianza “permite deducir la imposibilidad de la vacancia”. Y razón seguramente no le falta. Algunos congresistas en las últimas semanas no se han limitado en sus críticas al Gobierno y a los miembros del Gabinete; han hablado de censuras y vacancias, pero cuando llega el momento de convertir esas palabras en acción parece que pesan otros intereses.
Después de la presentación del premier Torres queda claro que en los próximos meses no solo se le deberá exigir resultados al Ejecutivo sino mayor coherencia a ambos poderes del Estado.