Editorial de Gestión. Desde que se anunció el FAE-Agro, se prometieron plazos que, como se ha visto, nunca se cumplieron.
Editorial de Gestión. Desde que se anunció el FAE-Agro, se prometieron plazos que, como se ha visto, nunca se cumplieron.

AGRO. Más de dos meses después de iniciada la campaña agrícola 2020-2021, Cofide comenzó a subastar montos garantizados por el FAE-Agro. Fue el pasado 6 de octubre y lo asignado suma S/ 20 millones (el monto demandado ascendió a S/ 26.75 millones) a una tasa de interés promedio ponderada de 6.25%. Dado que se trata de préstamos de un máximo de S/ 30,000, las siete entidades que participaron en la subasta están especializadas en el microcrédito.

Considerando que el patrimonio total del FAE-Agro es de S/ 2,000 millones, habría que pensar que su arranque ha sido bastante modesto, y dado que su vigencia culmina el próximo 31 de diciembre, quizás no sea probable que se coloque todo el monto asignado. En el Ejecutivo no han sido muy claros en pormenorizar los detalles del programa, mucho menos en explicar las demoras para ponerlo en ejecución, pese a que desde que se anunció su creación, se prometieron plazos que, como se ha visto, nunca se cumplieron.

El Gobierno reaccionó tarde, pues recién a inicios de julio oficializó el programa –faltando menos de un mes para que comience la campaña de siembras–. El titular del Minagri, Jorge Montenegro, declaró optimista que el reglamento operativo estaría listo “en dos días”, pero fue promulgado el 8 de agosto, saltándose el plazo de diez días hábiles que dictaba la norma que lo creó y, encima, fue modificado el 19 de agosto. El encargado de elaborar el reglamento operativo fue el MEF, que además esperó hasta el 19 de setiembre para aprobar la garantía del Gobierno que haría posible el otorgamiento de los créditos.

Mientras tanto, la situación del agro ha estado empeorando. Aunque nunca cerró porque es una actividad esencial, entre sus principales clientes figuran rubros que sí estuvieron inactivos, y aunque ya han reabierto, su demanda ha caído dramáticamente –restaurantes y hoteles, por ejemplo–. Luego de diez meses consecutivos al alza, el sector se contrajo ligeramente en junio, pero la caída se acentuó en julio (6.52%). Entre los cultivos perjudicados figuraron los de panllevar, pero también industriales y de exportación. Asimismo, se redujo la producción pecuaria.

La data de intenciones de siembra para la presente campaña, con base en una encuesta realizada por el Minagri a agricultores, hace prever dificultades en departamentos como Cusco, cuya oferta agrícola depende del turismo, y en Ica, Junín y Lima, que dependen de la demanda capitalina. Se tiene que actuar para prevenir los problemas, no cuando la situación se desborde.