LIBERTAD DE PRENSA. En ningún país del mundo donde impera la democracia y la libertad de expresión la relación de los medios de comunicación y los gobiernos fluye por aguas mansas. La razón es sencilla, la labor de la prensa es fiscalizar a quienes detentan el poder y criticar los errores o excesos que se cometan, además de poner en evidencia los ilícitos que puedan existir. Cada vez que ha dejado de realizar esa función los resultados han sido nefastos y ejemplos de ello hay muchos, incluido el Perú.
En la última campaña electoral varios candidatos, de diversas tendencias, atacaron a la prensa como si fuera un contrincante e incluso en el plan de gobierno de Perú Libre se planteó una ley para regular los contenidos de los medios de comunicación. Si bien todo pudo haber quedado como frases de campaña, las declaraciones dadas por el ministro de Justicia el miércoles en una entrevista en ATV son una señal de alerta.
Aníbal Torres, no solo ha acusado a los medios de estar en contra de Pedro Castillo desde la campaña “con imputaciones falsas”, lo que “creó un alejamiento”, sino que afirma que ahora “los perdedores no lo van a dejar gobernar y para eso cuentan con la prensa”. Pero Torres fue más allá al señalar que “Pedro Castillo no está dando dinero a la prensa y eso genera rechazo”. Siendo un hombre de derecho sorprenden sus declaraciones, pues si realmente considera que existen casos donde medios de comunicación están vendiendo su línea electoral a cambio de dinero, debería denunciarlo, pues eso es un delito.
Lamentablemente, esta no es una postura personal, ayer la vicepresidenta Dina Boluarte siguió la misma línea y pidió “preguntas más proactivas (...). La prensa sigue dando vueltas con las mismas preguntas que no hacen bien a la sociedad”, expresó. Olvida Boluarte que si la prensa sigue en algunas preguntas es porque desde el Gobierno la comunicación es nula y existen muchas preguntas sin respuesta desde el primer día. El presidente y su gabinete son libres de no responder las dudas planteadas, pero no puede obligar a los medios a no preguntar.
La libertad de prensa incluye el respeto a la línea editorial de cada medio de comunicación y para eso existe una amplia variedad. Atacar al mensajero en lugar de revisar el mensaje es tener una mirada miope de la realidad, dejar en sus cargos a personas cuestionadas solo para no dejarse “dominar por la prensa” es una estrategia equivocada para gobernar.
“La prensa desempeña un papel fundamental, cuántas cosas de corrupción se han descubierto gracias a la prensa”, ha dicho Torres y nadie en el Gobierno debería olvidarlo, incluido el propio ministro de Justicia.