Editorial de Gestión. Que la educación secundaria pueda capacitarlos para el trabajo tomando en cuenta las necesidades de cada localidad.
Editorial de Gestión. Que la educación secundaria pueda capacitarlos para el trabajo tomando en cuenta las necesidades de cada localidad.

FORMACIÓN. La necesidad de enfocar los esfuerzos del Estado en la niñez y la adolescencia es puesta en evidencia en el último informe del INEI, que da cuenta de cómo se encuentra este sector de la población, sobre todo en materia de educación y trabajo. Una de las primeras llamadas de atención resulta casi evidente: el porcentaje de estudiantes de primaria y secundaria se redujo entre los años 2019 y 2020, y teniendo en cuenta que el año pasado se cambió la modalidad de estudios a virtual y no en todas las localidades se tuvo acceso a este tipo de educación era de esperar esta reducción.

Pero un aspecto sobre el que el próximo Gobierno deberá buscar alternativas creativas y eficaces es sobre el grupo de jóvenes de entre 14 y 17 años que, dada la realidad actual, se ha convertido en un grupo muy heterogéneo, pues están los que solo estudian, los que estudian y trabajan, los que solo trabajan o los que no hacen ni lo uno ni lo otro (ninis). En el primer trimestre de este año el porcentaje de los ninis creció en 0.5 puntos porcentuales (pp), comparándolo con el mismo periodo del año pasado, pero una mirada más a fondo a este grupo pone en evidencia que es en el sector urbano donde el incremento ha sido mayor (1.2 pp), llegando a 19.4%. Por el contrario, en el área rural el porcentaje disminuyó en 2.7 pp, y fue de tan solo 7.6%.

Detrás de esta decisión que afecta a aproximadamente 333 mil jóvenes, hay realidades heterogéneas, pero que sin duda tienen un denominador común en la falta de recursos económicos, que es uno de los principales factores de deserción escolar, pero la misma falta de estudios genera que no puedan encontrar un empleo. Por ello, si el próximo Gobierno quiere atender esta compleja situación requerirá un esfuerzo coordinado entre sector público y sector privado que busque no solo que los jóvenes puedan continuar con sus estudios, sino que la educación secundaria pueda, de alguna manera, capacitarlos para el trabajo tomando en cuenta las necesidades de cada localidad. Ese podría ser un camino para evitar la deserción escolar sin afectar la sostenibilidad de las familias.

Lo ideal en esas edades es que los jóvenes se dediquen a sus estudios, pues mientras más estudios, mayor posibilidad de un empleo formal y de un mayor nivel remunerativo, lo cual redunda en mayor productividad para el país, pero cerrarse a la realidad y no reconocer que en muchas familias las necesidades llevan a que deban colaborar con los ingresos familiares es querer tapar el sol con un dedo, y el Estado no puede rehuir a su responsabilidad.

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