Editorial de Gestión. Si el presidente no da el ejemplo, es poco lo que se puede pedir en el resto de los estamentos. (Foto: Presidencia de la República)
Editorial de Gestión. Si el presidente no da el ejemplo, es poco lo que se puede pedir en el resto de los estamentos. (Foto: Presidencia de la República)

NOMBRAMIENTOS. Desde hace varios gobiernos, un factor que se reclama al interior del Estado es la meritocracia. Esa fue una de las razones por las que nació Servir y por las que en varias entidades se establecieron evaluaciones para poder lograr ascensos (como sucede con la carrera magisterial). Las instituciones donde no se aplica la meritocracia son blanco de críticas.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, la realidad sigue demostrando que no todos los que ocupan un cargo en el Estado cuentan con los conocimientos o la experiencia suficiente para hacerlo. Ejemplo de ello hay varios: las quejas respecto a que un nuevo alcalde, un nuevo gobernador o un nuevo ministro destituye a quienes venían laborando y nombra a personas cercanas pero sin las calificaciones necesarias, sobran.

Lamentablemente, ningún estamento del Gobierno está libre de ello. Bajo el amparo de la ley, que permite el nombramiento de embajadores políticos, Martín Vizcarra otorgó el cargo de embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA) a Vicente Zeballos. Al parecer, como una retribución por los servicios prestados, pues es claro que, sin desmerecer las cualidades que pudiera tener el expremier o entrar a temas como su orientación política, existen personas con mayores calificaciones para llevar adelante dicho encargo.

Tampoco es la primera muestra de este tipo de nombramientos por cercanía. Ya sucedió con el exministro Edmer Trujillo, quien tras renunciar por cuestionamientos, regresó a su cargo seis meses después, o la exministra Zulema Tomás, quien también tuvo que renunciar, pero fue nombrada asesora en el Instituto Nacional de Salud del Niño, o la designación (que luego fue dejada sin efecto) del exministro de Salud Víctor Zamora como asesor de la PCM.

Tener un Estado eficiente pasa por contar con los mejores profesionales posibles trabajando para el país, y si bien es necesaria una reforma en los regímenes laborales públicos para evitar la estabilidad laboral absoluta, permitiendo que los mejores se mantengan, también es necesario que cuando se designen cargos de confianza o políticos se elija a los más preparados, y que esto suceda a todo nivel. Si el presidente no da el ejemplo, es poco lo que se puede pedir en el resto de los estamentos.