Editorial de Gestión. En todo caso, es de esperar que los candidatos a la presidencia planteen alternativas para fomentar el empleo formal.
Editorial de Gestión. En todo caso, es de esperar que los candidatos a la presidencia planteen alternativas para fomentar el empleo formal.

EMPLEO. Apenas hace dos días, desde estas líneas recordamos la necesidad de aprobar, sin más demoras, los incentivos para la creación de empleo formal, anunciado hace más de tres meses, sobre todo porque la masa salarial está todavía muy baja (en Lima, en el trimestre julio-setiembre, está al 67% de su nivel del 2019), lo cual se explica principalmente por la pérdida de empleos de calidad (y aumento del subempleo y el empleo informal) y disminución del ingreso promedio por trabajo.

El Ejecutivo había adelantado que el incentivo sería un subsidio focalizado de seis meses a la planilla de las empresas que recontraten al personal que dejó de laborar o a nuevos trabajadores, con todos los beneficios laborales, pero siempre y cuando se trate de compañías que hayan tenido una afectación económica y para puestos de trabajo con un ingreso medio – bajo.

Es saludable que el Gobierno decida optar por aprobar esta medida a través de un decreto de urgencia para así evitar la demora adicional que representaría el debate del proyecto de ley en el Congreso. Sin embargo, es de esperar que la norma final que, según el mandatario, saldría en “días” recoja los ajustes y sugerencias dados por algunos especialistas, como candados para impedir que las empresas despidan personal y contraten a nuevos solo para gozar de los beneficios o ampliarlo a empresas con menos de un año de antigüedad en el mercado.

Si bien la realidad de muchas empresas hacía necesario que esta medida se aprobara hace varios meses atrás, lo cierto es que la delicada situación económica que vivirá el país en los próximos años genera que este apoyo aún sea requerido y quizás el plazo máximo de seis meses quede corto. Sin embargo, este periodo puede servir de “aire” para que el Ejecutivo piense en otras medidas que busquen promover la recuperación y la formalización del empleo a largo plazo.

Flexibilizar temporalmente algunos costos de contratación podría ser una salida que incentive a las empresas a apostar por trabajadores permanentes, otra opción podría ser establecer un régimen de contratación temporal. Lamentablemente, el actual Gobierno difícilmente querrá asumir el costo político de estas medidas que, aunque necesarias, podrán no contar con el apoyo general. En todo caso, es de esperar que los candidatos a la presidencia planteen alternativas para fomentar el empleo formal.