Editorial de Gestión, Primero tiene que poner en orden al interior de su Gobierno, que aún no ha superado la crisis política del ministro de Trabajo. (Foto: Presidencia Perú).
Editorial de Gestión, Primero tiene que poner en orden al interior de su Gobierno, que aún no ha superado la crisis política del ministro de Trabajo. (Foto: Presidencia Perú).

ACCIONES DE GOBIERNO. El presidente Castillo sostiene: “A mí no (me) van a poner la agenda”, dando por sentado que el Gobierno tiene una agenda, cuando los hechos indican todo lo contrario. Es más, tal como se indicó en el editorial del martes, se percibe de manera más clara que hay desgobierno, falta de toma de decisiones y un mandatario que pretende continuar en campaña con debates, mientras la ciudadanía exige respuestas a los problemas del país.

Desde que asumió el poder, el 28 de julio pasado, el Ejecutivo ha tomado pocas decisiones en cuanto a políticas públicas. La única importante fue otorgar el bono individual de S/ 350, medida que, aunque necesaria, no deja de ser asistencialista. Luego están la presentación del Marco Macroeconómico Multianual (MMM 2022-2025) y el proyecto de presupuesto público para el 2022, pero de políticas públicas nada. En cambio, sí hay retórica del presidente y de varios de sus ministros que piensan que gobernar significa reuniones y fotos.

Lo destacable del MMM, que es una carta de navegación, por así decirlo, para los próximos tres años, es que mantiene las líneas que han permitido la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de las cuentas fiscales en las últimas dos décadas. El proyecto de presupuesto también está en esa línea. Sin embargo, hay luz ámbar y algunas alertas. El Consejo Fiscal (CF) ha expresado preocupaciones que Gestión comparte plenamente. A ello se suma la rebaja de la calificación crediticia del Perú realizada el miércoles por parte de Moody’s que, según remarcó la misma calificadora, refleja el entorno político continuamente polarizado y fracturado que ha aumentado el riesgo político y ha debilitado la capacidad de formular políticas.

Precisamente, una muestra clara de que el Gobierno no tiene agenda es que no se ve que haya coordinación en medidas de política económica y no se transmite un solo mensaje. Es el caso, por ejemplo, de la remuneración mínima vital (RMV): mientras en su discurso de investidura ante el Congreso, Bellido anunció que promoverán un alza de la RMV, el ministro de Economía considera que no es el momento oportuno para ello.

Por eso resulta pertinente preguntar de qué agenda habla el presidente de la República. Primero tiene que poner orden al interior de su Gobierno, que aún no ha superado la crisis política derivada del caso del ministro de Trabajo.

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