Editorial de Gestión. Las agrupaciones políticas tendrán que hacer un mayor esfuerzo para revertir este desconocimiento.
Editorial de Gestión. Las agrupaciones políticas tendrán que hacer un mayor esfuerzo para revertir este desconocimiento.

ELECCIONES 2021. Resulta alentador que, a siete meses de los comicios generales y aún sin tener la certeza de que la pandemia de covid-19 esté totalmente controlada, la mayoría de la población muestre su disposición por asistir a votar (66%), incluso el porcentaje se incrementa en los mayores de 45 años, en el estrato A/B y en el oriente del país. Según evidencia la última encuesta elaborada por Datum para Gestión.

Esa parece ser la única certeza entre la población. Así, puestos a elegir entre un próximo gobierno con vinculaciones hacia la izquierda, a la derecha o al centro, la apuesta es por el centro (28%). Sin embargo, un 41% reconoce que “no sabe” quizás porque tantas inscripciones de último minuto o cambios de nombre en algunas agrupaciones no permiten que las personas conozcan cuál es la propuesta detrás de los candidatos. A esta situación se suma que en los últimos años las nuevas agrupaciones que se han formado evitan una definición clara de su ideología o simplemente no la tienen, pues son “vientres de alquiler”.

La encuesta de Datum pregunta por 23 posibles candidatos y solo en un caso el conocimiento del candidato supera el 50%; a los 22 restantes las personas los conocen poco o nada. Obviamente, el desconocimiento es mayor en los casos en que los posibles postulantes no hayan ocupado algún cargo público con anterioridad. Incluso, aspirantes con renombre resultan desconocidos para la ciudadanía.

Este desconocimiento es quizás la razón de que los cinco primeros aspirantes en la intención de voto sumen apenas el 38%, mientras que los blancos y viciados (25%) más los “no sabe” sumen 43%.

Bajo estas premisas las agrupaciones políticas tendrán que hacer un mayor esfuerzo para revertir este desconocimiento y falta de certezas, pues las próximas elecciones generales tendrán una campaña limitada, no solo por el corto tiempo que habrá desde que se inscriban oficialmente los candidatos (22 de diciembre) hasta las elecciones (abril), sino porque las restricciones económicas (si cumplen con la ley de financiamiento) reducirán el uso de mítines, paneles publicitarios o propaganda televisiva.

Si la declaración mayoritaria de que las personas deciden su voto evaluando al candidato y a la agrupación política en su conjunto, que muestra la encuesta de ­Datum, es cierta, el trabajo de ambos en las próximas elecciones es cuesta arriba.