NUEVO GABINETE. Más de 70 personas fueron convocadas a Palacio de Gobierno desde el viernes pasado, día en que el presidente Pedro Castillo anunció que iba a recomponer su Gabinete. Dada la variedad de personas llamadas existía la presunción de que el mandatario estaba buscando un premier que pudiera generar consensos, lo que no hizo Héctor Valer, y un Gabinete “más participativo y de ancha base”, tal como él mismo lo dijo a través de un comunicado difundido el día lunes. Sin embargo, nada de eso ha sucedido. Castillo ha preferido refugiarse en su grupo más cercano, en personas afines a Vladimir Cerrón –como Hernán Condori (Salud) y Carlos Palacios (Energía y Minas)–, y en quienes apoyan su propuesta de la Asamblea Constituyente, como el nuevo titular de la PCM.
La elección de Aníbal Torres como premier deja en claro que el recién juramentado será un Gabinete de confrontación. El exviceministro de Justicia, Gilmar Andía, dice que a Torres lo caracteriza el “autoritarismo, menosprecio al trabajo técnico y maltrato injustificado a los profesionales que integran nuestros equipos”, hechos que se pudieron notar en la destitución del exprocurador Daniel Soria o de la expresidenta del INPE, Susana Silva.
Pero esta actitud no la ha tenido solo al interior de la cartera de Justicia, Torres ha calificado a la oposición de ser “totalmente destructiva” e incluso consideró que los congresistas que votaron a favor de la ley que interpreta la cuestión de confianza deberían ser sometidos a un juicio político. Su gusto por la confrontación se ha expresado incluso con el partido de gobierno, pues ha sido crítico con la presencia de Vladimir Cerrón (“es una influencia negativa”) o el comportamiento del expremier Guido Bellido.
Pero no solo ataca a los políticos, también ha tenido desubicadas expresiones respecto al presidente del BCR, Julio Velarde, los accionistas de Antamina e incluso sobre las tasas de interés. Teniéndolo como jefe del Gabinete será importante ver si el ministro de Economía, Óscar Graham, podrá demostrar en la práctica los pergaminos que lo preceden.
Si bien el mandatario se presentó sin sombrero, los cambios han sido casi cosméticos. De los 10 ministros que ingresaron con Valer, seis se mantienen en su cargo, y se sigue reduciendo el número de mujeres en el gabinete, apenas tres.
Dada la incapacidad para controlar su temperamento, Torres no es la mejor opción para buscar consensos y, por el contrario, su designación podría leerse como que se busca que el Parlamento no le otorgue la confianza. No importa si varios ministros juraron por el consenso o el equilibrio de poderes, las acciones dicen más que las palabras y el recinto de la Plaza Bolívar debe estar preparado.