CUESTIÓN DE CONFIANZA. Anoche, al finalizar el Consejo de Ministros, el Gabinete se mostró locuaz respecto a los acuerdos logrados durante la reunión y en sus respuestas a la prensa. Pero además de hablar sobre la labor de cada cartera, el presidente del Consejo de Ministros anunció que hoy acompañará al ministro de Trabajo, Iber Maraví, al Congreso para que haga frente a su interpelación y que, “de ser necesario, haré cuestión de confianza”, pues era un acuerdo del Gabinete.
Si bien la Constitución faculta al premier a hacer cuestión de confianza en determinados temas, la pregunta en este momento no es si puede hacerlo, sino si vale la pena por un ministro tan criticado. Durante la conferencia de prensa, el premier se preguntó ¿quién cuestiona al ministro de Trabajo?, olvidando que hace pocas semanas era el propio ministro Bellido quien le solicitaba la renuncia a Maraví, luego de haber evaluado el escenario y para mantener la armonía con las bancadas, justamente por los cuestionamientos políticos de los que era parte el titular de Trabajo debido a las investigaciones policiales que lo vinculan con Sendero Luminoso.
Siendo así, la actitud de ayer de Bellido demuestra su inconsecuencia al tener una postura hace unas semanas y otra ahora, ¿o, quizás, el apoyo tácito dado por el presidente Pedro Castillo al ministro de Trabajo lo ha hecho retroceder y tratar de quedar bien con el mandatario?
La última encuesta elaborada por Ipsos para Lampadia muestra que un 68% considera que quienes tengan vínculos con Sendero Luminoso o el Movadef deben ser separados del Gobierno. Si bien este porcentaje es mayor en Lima (78%) también es alto en el interior del país (63%). Es más, incluso en el ámbito rural queda claro que no se quiere contar con personajes cuestionados en el Gobierno (60%).
El anuncio de Bellido, de hacer cuestión de confianza en defensa del ministro Iber Maraví, abre una etapa más en la polarización que busca el Gobierno. En esa línea, el escenario político en los próximos días estará marcado por el desenlace de lo que suceda hoy cuando los congresistas demuestren de qué fibra están hechos, y los aliados del Gobierno muestren en cuántos de sus valores están dispuestos a claudicar.
Mientras un 51% cree que la prioridad del presidente Castillo debe ser transmitir confianza para que aumente la inversión privada y se creen más puestos de trabajo, el Gobierno sigue apostando por la incertidumbre y la inestabilidad. Queda por saber: ¿Castillo se pronunciará esta vez?