Editorial de Gestión. El costo beneficio entre lo sanitario y económico se está inclinando en contra del económico.  (Foto: Hugo Pérez / GEC)
Editorial de Gestión. El costo beneficio entre lo sanitario y económico se está inclinando en contra del económico. (Foto: Hugo Pérez / GEC)

PANDEMIA. El país ingresa aun nuevo episodio en la lucha contra el COVID. Aunque el argumento para levantar la cuarentena focalizada establecida por el Gobierno fue que el promedio de contagios y fallecidos va disminuyendo levemente, lo cierto es que las cifras oficiales que se dan a conocer diariamente no son tan categóricas, pues así como un día pueden reducirse levemente en otros se incrementa. La data consignada hasta el 27 de febrero evidencia un aumento en número de contagiados y uso de camas UCI .

Sin embargo, el confinamiento de febrero mostró que el Gobierno ya no cuenta con los mecanismos necesarios para su cabal cumplimiento, y el respeto a las medidas queda, como siempre, en manos de la población. A ello se suma que el alto nivel de informalidad impide a muchas personas quedarse en casa y deben salir a buscar ingresos. Esta realidad perjudica al sector formal —que sí debe acatar la norma—, pues se evidencia en que el costo-beneficio entre lo sanitario y lo económico se está inclinando en contra del económico de manera importante, tal como sostiene el exministro de Economía Alfredo Thorne. No en vano se estima que los quince días de cuarentena afectarán por lo menos en un punto las expectativas de crecimiento.

Pese a ello, para los sectores que empezarán a funcionar a partir de hoy se les abre un pequeño rayo de luz, aunque para muchos sea tarde. Como dato, la Asociación de Restaurantes Marinos y Afines asegura que 5,000 cevicherías ya dejaron de funcionar, si a ello se suma la pérdida de más de 75,000 puestos de trabajo en Gamarra o la situación en la que se encuentran otros sectores como gimnasios y casinos, que aún no podrán operar, se constata que el futuro aún no puede calificarse de positivo. Situación que se repite en el comercio y los servicios como transporte interprovincial, centros comerciales, turismo, etc.

La revisión que el Gobierno dará dentro de quince días sobre el país y la pandemia debería incluir una profunda evaluación respecto al apoyo fiscal durante este año. Los recursos pueden ser escasos, pero sin una ayuda, por lo menos similar a la que se dio el año pasado, la afectación a la economía puede ser más grave de lo esperado. La esperanza a mediano plazo de que toda la población esté vacunada depende de muchos factores (contratos, llegada de dosis, capacidad operativa, infraestructura) y el optimismo de un mayor crecimiento económico ha perdido brillo.

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