Editorial de Gestión. “Si no surgen inconvenientes, el financiamiento llegará al campo ‘con las justas’”.  (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. “Si no surgen inconvenientes, el financiamiento llegará al campo ‘con las justas’”. (Foto: GEC)

CRÉDITOS. La campaña grande de siembra de los principales cultivos transitorios se inicia el 1 de agosto. Eso significa que quedan menos de tres semanas para que todo esté listo, desde la adecuación de las tierras y la disponibilidad de personal, insumos e infraestructura, hasta el financiamiento. En épocas normales, a estas alturas los agricultores ya estarían preparados para poner manos a la obra, pero la pandemia ha afectado su situación económica y, por ende, sus planes de siembra.

El Gobierno, como suele ocurrir, ha reaccionado con tardanza, pues recién el jueves oficializó el Programa de Garantía para el Financiamiento Agrario Empresarial (FAE-Agro), pese a que los pedidos de ayuda formulados por los gremios del sector, como la Convención Nacional del Agro (Conveagro), datan desde fines de abril. El FAE-Agro se iniciará con un fondo de S/ 2,000 millones para el otorgamiento de garantías crediticias a pequeños agricultores. A diferencia de Reactiva Perú, los préstamos no serán para aliviar obligaciones laborales y con proveedores, sino para capital de trabajo, y los montos serán pequeños (hasta S/ 30,000).

¿Llegará a tiempo la ayuda? El jueves, el ministro de Agricultura, Jorge Montenegro, aseguró que el reglamento operativo del FAE-Agro estaría listo en dos días –el plazo máximo es diez días hábiles–. Luego hay cinco días hábiles para la firma de un contrato de fideicomiso entre el MEF y Cofide, entidad que administrará el programa. Recién entonces se podrán subastar los fondos a entidades del sistema financiero, que por la naturaleza de los créditos, serían canalizados principalmente por microfinancieras. En suma, si no surgen inconvenientes, el financiamiento llegará al campo “con las justas” y quizás haya postergaciones de siembras.

El sector agropecuario ha sido el único que desde el comienzo del estado de emergencia ha mantenido sus cifras en azul. No solo la producción destinada a la exportación, sino también la orientada al mercado interno, al punto que no hubo desabastecimiento en las ciudades. Pero la caída de actividades como restaurantes ha reducido la demanda por productos agrícolas y pecuarios. Si bien se desconoce la magnitud de las cosechas que no han podido venderse, los pedidos de rescate son un indicador de la grave situación que se vive en el campo.

A esto se suma otro retraso: el Minagri tiene S/ 455 millones de Arranca Perú para limpieza de canales, drenajes y bocatomas, entre otras labores, y recién hace unos días comenzó a transferir recursos.