Editorial de Gestión. La inestabilidad política está teniendo efectos perniciosos sobre factores económicos como los precios y la inversión”. (Foto: Bloomberg)
Editorial de Gestión. La inestabilidad política está teniendo efectos perniciosos sobre factores económicos como los precios y la inversión”. (Foto: Bloomberg)

INFLACIÓN. En lugar de controlar los precios para intentar contener la inflación –que agravaría el problema–, se requiere que el Gobierno se autocontrole y deje de emitir señales que se traducen en una mayor demanda de dólares y, en consecuencia, en un incremento de los precios de productos importados que tienen fuerte impacto en la canasta básica de consumo (insumos alimenticios y combustibles). Como se sabe, este es un factor que acompaña al aumento de precios internacionales de los alimentos. Si bien la recuperación de la economía global está generando mayor inflación en la mayoría de países, en el nuestro, el ruido político está empeorando la situación.

El presidente Pedro Castillo tiene decisiones trascendentales que tomar, dejar de responsabilizar a otros de sus propios errores y aceptar que ya terminó la campaña electoral. La estabilización de los precios está tambaleando, en gran medida, porque el mandatario no asume que la crisis política –en apenas un mes de mandato, todo un récord– continuará si prefiere pronunciar discursos encendidos en todo evento al que asiste, en lugar de ponerse a gobernar.

El equipo económico está haciendo un esfuerzo, con el MEF por un lado, que presentó un proyecto de Presupuesto Público 2022 que sigue los lineamientos de responsabilidad fiscal, y con el BCR por el otro, que sigue ofertando dólares para evitar que el tipo de cambio se dispare, y por eso elevó su tasa de interés de referencia a 0.5%, que mantenía en 0.25% desde abril del 2020, con el fin de anclar las expectativas inflacionarias. Sin embargo, la incertidumbre política está teniendo efectos perniciosos sobre factores económicos como los precios y la inversión.

En agosto, la inflación anualizada en Lima fue 4.95% –la misma tasa que a nivel nacional–, completamente alejada del rango meta del BCR (entre 1% y 3%) y superior en más de un punto porcentual a la de julio. Como era de esperarse, el impacto más fuerte correspondió a insumos alimenticios y combustibles importados. El GLP figura en esa lista y el MEF evalúa qué hacer para que no siga encareciéndose. Una opción es reincorporarlo al Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles, lo que le costaría al fisco hasta S/ 4 millones diarios, y la otra es ampliar la cobertura del Fondo de Inclusión Social Energético. Habría que evaluar cuál sería la menos costosa y mejor focalizada.

La autoridad monetaria precisa que esa alta inflación es “transitoria” y que retornará al rango meta en los próximos doce meses. Es un plazo demasiado largo, aunque podría prolongarse si continúa el desgobierno.

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