POR AHORA, SOLO DUDAS. La decisión del presidente Vizcarra de extender la cuarentena por más de un mes tomó por sorpresa al país. Seguramente, la medida debe estar justificada en el estado de contagios, muertos y avance en provincias del covid-19, pero la información oficial que la población recibe no evidencia la gravedad que las cifras reales deben estar mostrando. Es decir, no hay la suficiente transparencia.

Sin embargo, hace 17 días, advertimos que quien hace lo mismo buscando resultados diferentes es un loco y el Gobierno ya parece haber perdido el rumbo. La realidad muestra que un alto porcentaje de la ciudadanía no cumple con la cuarentena (ya sea porque no puede o porque no quiere) y la capacidad de fiscalización se ha visto rebasada por la falta de disciplina social y la necesidad de obtener ingresos. Entonces, ¿qué hace pensar que en esta nueva etapa sí funcionará? Nada que sea evidente para todos los peruanos.

El contenido del Decreto Supremo 094 que materializa la decisión del Gobierno no aclara suficientemente las razones del mismo. Es confuso. ¿Es tan importante autorizar el reinicio de las actividades deportivas, o se hace solo para que la gente no se aburra y pueda ver fútbol?

Los servicios de informática, gasfitería, jardinería, electricidad, carpintería, lavandería, mantenimiento de artefactos, reparación de equipos, servicios de peluquerías y cosmetología, ferreterías, servicios de limpieza o asistencia del hogar se podrán prestar a domicilio. ¿Quién se encargará de verificar y asegurar el cumplimiento de los protocolos de sanidad si estas personas estarán entrando y saliendo de diversas casas? ¿La decisión busca reactivar la economía o dejar tranquilo a un sector de la población?

Tampoco resulta claro que las medidas adoptadas para el transporte público para la Fase I y luego la Fase II podrán atender la demanda que empezará a crecer cada día. ¿Hay presupuesto para asegurar que el transporte urbano pueda funcionar al 50% de su aforo?, ¿hay personal para fiscalizar el cumplimiento de las medidas sanitarias?, ¿cuál es la razón sanitaria que justifique que las personas que reinicien sus labores no puedan usar sus autos?

¿Qué contempla el Gobierno en política laboral para hacer frente al escenario que se generará a partir de junio cuando culmine el periodo de suspensión perfecta y probablemente las empresas aún no puedan incorporar a los trabajadores que están con licencia sin goce de haber? La realidad les gana a los buenos deseos y hay empresas que ya despidieron a un buen porcentaje de trabajadores porque no pueden hacerse cargo de su planilla.

Según el plan de reactivación planteado por el Gobierno, en junio ya estará operando el 84% de la economía. ¿Este dato es real o es solo un ejercicio de escritorio basado en el peso que tienen, en la estructura del PBI, los sectores que volverán a operar? Las empresas no funcionan como un interruptor de luz y a más de una le toma al menos dos semanas ponerse en marcha, sobre todo en el sector industrial y minero.

A pesar de los dichos del Gobierno, los hechos muestran que no ha logrado un equilibrio entre combatir la pandemia y no ahondar la crisis económica que ya vivimos. Si no se realiza una verdadera política económica, las consecuencias de la pandemia no se podrán revertir ni en el mediano plazo. Las transferencias a favor de la población vulnerable o la colocación de bonos en el exterior no bastan.

El Gobierno se equivoca cuando pide a la ciudadanía apoyar las medidas planteadas, pero sin resolver las dudas, y lo único claro es que las autoridades no están siendo suficientemente transparentes ni eficaces en combatir la pandemia y evitar que la economía se siga deteriorando.

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