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PULSO PERÚ. En setiembre del 2016, el presidente Pedro Pablo Kuczynski vivía su mejor momento frente a la población, su aprobación llegaba a 65% y las expectativas sobre cuán bien llevaría adelante su Gobierno eran altas. Mucha agua ha pasado bajo el puente desde ese momento. Según la última encuesta de Pulso Perú, PPK ha logrado detener su caída y tiene un ligero incremento en su popularidad llegando al 22%, aunque es bueno precisar que ese aumento de dos puntos porcentuales está dentro del margen de error de la encuesta que es de +/- 2.8%.

Sin embargo, mantenerse sobre el 20% no impide que la población continúe con una percepción negativa respecto a la labor que realiza el presidente Kuczynski. Así, más del 50% cree que durante su Gobierno tanto la situación económica como social del país seguirá igual, apenas un 10% tiene alguna expectativa de mejora. Y respecto a la situación política, los resultados son más preocupantes pues para la mayoría esta empeorará.

Ni siquiera los cambios en el Gabinete han logrado darle un nuevo aire al Gobierno, pues para un 53% aun con este nuevo equipo el Gobierno será regular mientras que un 32% cree que lo harán mal. De nada sirvió tratar de darle un nombre armonioso, “Gabinete de la reconciliación”, pues la percepción de la población es que no cumple con ese calificativo.

A los diferentes problemas de gestión evidenciados por el Gobierno, en los últimos meses se han añadido los cuestionamientos a su ética. Semana a semana aparece una nueva información sobre el presidente Kuczynski, la empresa Westfield y sus presuntos vínculos con Odebrecht, lo que ha generado que nuevamente se planteen dos pedidos de vacancia que algunos partidos, incluido Fuerza Popular, están dispuestos a apoyar.

Si bien un 53% declara que preferiría que PPK dejará el cargo de presidente, un 48% siente que sí terminará su mandato en el 2021, esta diferencia entre lo que se quiere y lo que debe ser es importante. Hace unos días (Gestión 22.01.2018), Elmer Cuba adelantaba lo que el escenario de una posible vacancia significaría a nivel económico y los diferentes impactos que implicaría si se diera la sucesión del vicepresidente o si se planteará convocar a elecciones.

El futuro político del Gobierno y del país está en manos del Congreso. Le corresponde reflexionar y tomar la decisión que menos consecuencias negativas genere. Veremos si está a la altura del reto.