Vizcarra remarcó la importancia que tendrá su presencia en Brasil para fortalecer relaciones con el país fronterizo. (Foto: Congreso de la República)
Vizcarra remarcó la importancia que tendrá su presencia en Brasil para fortalecer relaciones con el país fronterizo. (Foto: Congreso de la República)

LABOR LEGISLATIVA. En las últimas cuatro elecciones generales, además de elegir al presidente del país, se renovó el Congreso de la República, siempre con el anhelo de que los nuevos legisladores cumplieran un mejor papel que el que habían realizado los que estaban dejando los escaños. Sin embargo, hasta ahora, ese anhelo no se ha cumplido y cada Parlamento ha superado al anterior, pero para mal.

Salvo honrosas excepciones presentes en cada periodo legislativo, la mayor parte de los 130 parlamentarios que se eligen cada cinco años, pasará al olvido en la historia del país o quedará como un mal recuerdo.

El actual Congreso que se conformó en los comicios del 2016 lamentablemente no pudo escapar al sino de sus antecesores. Gran parte de la responsabilidad de la mala imagen que tienen en este momento y de la ineficacia de su labor en estos dos años y medio se debe a la bancada mayoritaria, que está en manos de Fuerza Popular, pero las otras agrupaciones presentes en el Legislativo también tienen importante responsabilidad en lo sucedido.

Los vicios se repiten: mienten en sus hojas de vida, utilizan su inmunidad para cubrir delitos, ingresan por una bancada y luego la dejan para irse a otra, hacen mal uso de los beneficios de su cargo, tienen actitudes machistas e incluso misóginas, entre muchas otras perlas más. Es decir, se puede encontrar “de todo, como en botica”.

Esta situación generó el hartazgo de la población que, acumulando años de decepción, decidió en el referéndum votar por eliminar la reelección de congresistas, intentando así castigar a sus representantes. Sin embargo, tal como ya adelantamos hace una semana en esta columna, este hecho por sí solo no generará ningún cambio real si los candidatos que postulan no son mejores y si la población no tiene un mayor cuidado al momento de votar.

Contar con mejores candidatos implica que los partidos políticos hagan un trabajo de bases y mejoren los filtros que usan para seleccionarlos, a fin de elegir personas con un pasado sin manchas, y que no respondan a intereses ilegales. Pero eso implicaría que en el Perú existen partidos políticos, algo que no sucede en la realidad, pues las agrupaciones existentes están aún lejos de poder llamarse partidos políticos.

Pese a ello, no se debe cejar en el esfuerzo de lograr una verdadera reforma política que permita que sean personas idóneas las que ocupen los cargos públicos.