Cuatro regiones del sur concentraron el 49% de la inversión minera a noviembre, señaló la SNMPE. (Foto: GEC)
Cuatro regiones del sur concentraron el 49% de la inversión minera a noviembre, señaló la SNMPE. (Foto: GEC)

MINERÍA. El PBI de noviembre creció 5.27%, impulsado por la inversión pública, el crédito de consumo y la manufactura. El acumulado enero-noviembre fue 3.84%, cercano a la estimación oficial para el 2018 (4%) y solo un sector continuó desentonando –minería e hidrocarburos–, pues los demás crecieron y mostraban haber superado la desaceleración, con la excepción de comercio. El PBI de diciembre habría tenido las mismas características, marcando un cierre anual distinto al de años previos.

Sin embargo, no debe soslayarse el pobre desempeño de minería e hidrocarburos, pues es el tercer sector con mayor ponderación en el cálculo del PBI y su importancia económica se refleja en su contribución al fisco y en el papel de la minería metálica como principal generadora de divisas por exportaciones. El BCR estima que la producción de hidrocarburos cerró el 2018 con una reducción de 0.1% debido a la interrupción de la producción de gas en Camisea por mantenimiento operativo (entre julio y agosto).

Pero en minería metálica, la caída (1.3%) no se debió a factores coyunturales sino estructurales: la menor producción de cobre por problemas técnicos en Las Bambas, y de oro, por menores leyes en Barrick, que cerró su mina Pierina, y el agotamiento de su unidad Lagunas Norte. La producción de plata y plomo también siguió ese patrón, según el INEI. Para este año, se espera una recuperación de 5.3% gracias a la ampliación de dos operaciones ya existentes.

¿Qué hacer para compensar el agotamiento de las minas con el inicio de proyectos nuevos? El último Reporte de Inflación (RI) del BCR recuerda que el 2011, el Ministerio de Energía y Minas estimaba que 26 proyectos iniciarían su producción el 2013, pero hasta el año pasado solo lo habían hecho cinco. Una encuesta que el BCR hizo a empresas mineras, proveedoras y consultores, halló que los retrasos en los proyectos han estado asociados a conflictos sociales, problemas de viabilidad técnica, financiamiento y trámites, tanto con el Gobierno nacional como con los gobiernos subnacionales.

Asimismo, se consultó sobre las trabas que enfrenta el subsector. Lo que se requiere mejorar prioritariamente es la coordinación entre los niveles de gobierno y también entre estos y las entidades del Estado vinculadas a la minería, así como mejorar el sistema de justicia, aumentar la presencia del Estado cerca de los proyectos, y definir y uniformizar criterios entre las autoridades e instancias que evalúan los proyectos. En suma, lo que se necesita es estandarizar los procedimientos y ponerle fin a todo ese desorden. Entonces, lo que cabe preguntarse es si el Gobierno tiene la voluntad para hacerlo.