ANIVERSARIO. Lima cumplirá mañana 483 años de fundación, pero aún le falta mucho para volver a ser llamada la ciudad jardín. Según la encuesta Pulso Perú, el principal problema en la capital es la delincuencia (89%), seguida del desorden en el transporte público (63%) y la corrupción de las autoridades (22%). Pero allí no terminan los problemas. La ciudad, en todos estos años, ha crecido sin orden ni concierto, y eso se evidencia en la falta de infraestructura en rubros indispensables para que una urbe pueda funcionar: viales, áreas verdes para esparcimiento, servicios de salud, policiales y de bomberos, entre otros.

Si bien la aprobación del alcalde de Lima, Luis Castañeda, se ha incrementado ocho puntos (44%), el porcentaje de desaprobación es mayor (47%) y la sensación de que realiza una mala labor supera a quienes creen que lo hace bien o regular. Sin duda, el último año de gestión del alcalde inicia con el cansancio de la gente frente a varios problemas no resueltos, y la sensación en apenas 26% de encuestados de que, al finalizar su periodo, la ciudad quedará mejor de lo que ya está.

Pero este es un año especial, pues se deben llevar a cabo elecciones tanto regionales como de alcaldía. Aun cuando varios candidatos ya han explicitado su interés de postular a la alcaldía de Lima, quien encabeza las encuestas (aunque con un porcentaje menor al del mes pasado), Renzo Reggiardo (21%), todavía no ha confirmado su participación en el proceso electoral y faltan aún algunos meses para conocer realmente a los candidatos.

La tarea de administrar esta ciudad no es sencilla, sobre todo si se tiene en cuenta que Lima tiene casi 10 millones de habitantes y requiere cuanto antes un plan de desarrollo urbano de largo plazo que plantee soluciones a todos los problemas existentes, además de la mejor forma de coordinar entre todos los distritos, incluida la provincia constitucional del Callao, pues mientras cada alcalde crea que su autonomía es absoluta nunca se podrá lograr una buena solución.

Si bien el 84% cree que en la Municipalidad de Lima hay corrupción, quien suceda al alcalde Castañeda no debe centrar su labor en fiscalizar al exalcalde, basta darle todas las facilidades a la Fiscalía para que realice su trabajo y buscar la manera de que cualquier obra de infraestructura que emprenda tenga los mecanismos de control necesarios para darle tranquilidad a la población asegurando procesos transparentes.

Una ciudad segura, con transporte ordenado y limpia, eso es lo que Lima quiere. Cuando se consiga, habrá motivos para celebrar.