Daniel Salaverry criticó a Martín Vizcarra por visitar el Parlamento de forma "innecesaria". (Foto: GEC)
Daniel Salaverry criticó a Martín Vizcarra por visitar el Parlamento de forma "innecesaria". (Foto: GEC)

AGENDA POLÍTICA. El presidente Martín Vizcarra acudió ayer al Congreso junto al presidente del Consejo de Ministros y al ministro de Justicia, y si bien por el comportamiento previo del Ejecutivo parecía que los acompañaría en su exposición para apuntalar las propuestas de reforma política planteadas, el mandatario llegó al Parlamento para criticar el actuar de la Comisión de Constitución al haber archivado el proyecto sobre inmunidad parlamentaria e informar que sus ministros no se presentarían ante dicha comisión.

¿Lo curioso es que el archivamiento ocurrió el jueves pasado y en ese momento ningún miembro del Ejecutivo criticó la decisión? ¿Por qué Salvador del Solar no hizo ningún cuestionamiento cuando habló del tema el viernes en un foro público? ¿No hubiese sido mejor pronunciarse antes y no esperar cinco días? ¿La búsqueda del diálogo y el consenso no debe primar sobre el estado de ánimo?

Si bien con esta actitud el Ejecutivo evidencia que su discurso de diálogo está alejado de sus acciones, lo cierto es que el Parlamento tampoco colabora y lo único que hace es tratar de exacerbar los ánimos de enfrentamiento. Nadie espera que sean una mesa de partes que apruebe los proyectos tal como llegan del Ejecutivo, pero corresponde debatirlos y hacerles las modificaciones que consideren necesarias para mejorarlos.

La reforma política, al igual que la judicial, es una necesidad. Sin embargo, no se puede pensar que es lo más importante, cuando el 67% desconoce de qué se trata la reforma y del 30% que la conoce solo a la mitad le parece muy importante. Sin duda, la preocupación de la población y los intereses del país tienen temas tan o más importantes, que también requerirían la presencia y la palabra del presidente Vizcarra.

El tema de los peajes, la situación de Las Bambas que aún no se soluciona, el proyecto controversial sobre electricidad que ha dividido a las empresas y puede generar un alza en las tarifas —y del que el ministro Francisco Ísmodes no ha dicho nada— y varios otros que preocupan a la población.

A pesar de lo que le hayan dicho algunos miembros de su equipo al presidente, este enfrentamiento no necesariamente puede volver a darle réditos políticos. Por el contrario, puede llevarlo a un escenario no querido por él, pues pareciera que un grupo de parlamentarios está muy interesado en que se plantee el cierre del Congreso.

Los poderes del Estado no están actuando por convicción sino por la coyuntura. ¿Alguien está pensando en el Bicentenario y los retos del país?