Las cooperativas deben inscribirse en el Registro Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito para seguir operando. (Foto: GEC)
Las cooperativas deben inscribirse en el Registro Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito para seguir operando. (Foto: GEC)

COOPERATIVAS. Terminó el plazo que tenían las cooperativas de ahorro y crédito para solicitar su registro en la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS). Registrándose 413 —más del 50% de las reportadas por la Fenacrep—, y gracias a ello la SBS podrá fiscalizarlas para evitar que estas entidades puedan ser utilizadas como una fachada para delinquir.

No en vano, la Unidad de Inteligencia Financiera realizó más de 40 informes, y la Fiscalía tiene en investigación a unas 21 cooperativas por lavado de dinero. Es más, de las casi 200 que funcionan en la zona del Vraem han solicitado su registro 45. Las que no hayan solicitado su registro tendrán que dejar de operar como entidades de ahorro y crédito, y tendrán que transformarse en otro tipo de cooperativas.

Sin embargo, esta solicitud es apenas el primer paso, aún falta elegir al colaborador técnico que ayudará a la SBS en la supervisión de las cooperativas hasta el 2025. Asimismo, todavía no ha culminado el procedimiento para establecer un Fondo de Seguro de Depósitos para las cooperativas, que es el mecanismo que respalda los depósitos ante la crisis financiera de una entidad, y este proceso podrá tomar hasta tres años.

El camino elegido por estas 413 cooperativas no es fácil, pero la recompensa al final del arcoíris vale la pena. Ser supervisadas por la SBS les asegura una mayor credibilidad, darles seguridad a sus ahorristas y la posibilidad no solo de brindar préstamos sino de captar depósitos de CTS, acceder al Fondo Mivivienda y emitir tarjetas de débito y crédito (previa autorización).

Para lograrlo, las cooperativas tendrán que afinar bien sus costos y su forma de trabajo. Ser formales las obligará a cumplir con nuevos requerimientos. Por ejemplo, el de establecer provisiones. La exigencia este año será solo para las cooperativas más grandes. Poco a poco, todas deberán cumplir con la exigencia.

Pero el beneficio no es solo para las cooperativas, sino también para el mercado. Por ejemplo, la tasa de créditos de consumo es menor que la de los bancos y la competencia siempre redunda en favor de los ciudadanos. Pero sobre todo ayudará también a la inclusión financiera. Si el avance de estas cooperativas a la formalidad es exitoso, podría servir de ejemplo para otros sectores.

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