Día de la mujer  (Foto: GEC)
Día de la mujer (Foto: GEC)

DÍA DE LA MUJER. El 8 de marzo no se trata de un día para celebrar, se trata de una fecha para conmemorar la lucha por buscar la equidad de oportunidades y reivindicar la igualdad de derechos de la mujer frente al hombre.

Si bien ha habido un gran avance en los últimos años, aún falta mucho por lograr. La cifra de violencia contra las mujeres, que es la forma más extrema de discriminación, sigue siendo muy alta, y frente a ella la actitud de las autoridades ha estado centrada en lo reactivo: líneas de ayuda, más comisarías, más penas, pero la realidad es que, aunque necesarias, eso no puede ser el centro de la acción.

La violencia es solo una arista. Según una última encuesta realizada por Datum Global y la red WIN, solo en el hogar se ha logrado avanzar en la igualdad de género, aunque de manera muy incipiente. En la política, los medios de comunicación y en el trabajo esta igualdad está en cifras negativas.

¿Qué hacer? El Ministerio de la Mujer debe presentar cada año un índice de la evolución de la violencia de género, pero también de la discriminación y la inclusión laboral para ver qué tan eficaces son las acciones que realiza.

Pero el Ministerio de la Mujer no es el único obligado, el Ministerio de Educación también debe asumir su parte. Mientras la educación no busque evidenciar que niños y niñas tienen los mismos derechos y las mismas capacidades, que ninguno es superior al otro, poco se avanzará en la equidad y en la búsqueda de acabar con la violencia. Si bien esto debería replicarse en el hogar, lo cierto es que muchas veces los temas ideológicos y/o religiosos de los padres impiden que se logre el objetivo.

El Gobierno de Vizcarra ha trabajado en varias normas para mejorar el desequilibrio en que viven las mujeres, pero lo cierto es que su andar es dudoso. Aunque aprobó la ley de equidad salarial, decidió que no se aplicaría en el sector público, y a pesar de que prometió aprobar ley de igualdad de género a fines del año pasado, aún sigue en espera.

Pero no todo puede quedar en manos del Estado, la sociedad y las mujeres también tienen su parte. Así como no se puede negar el desequilibrio que existe, tampoco debe verse a las mujeres como víctimas ante cualquier situación. Por ejemplo, el sistema de cuotas no puede ser la única salida para avanzar en la equidad. En algunos casos, será necesario, pero no en todos. Finalmente, la primera educación es en casa, y mientras no se destierren las actitudes machistas al interior del hogar, que muchas veces son impulsadas por las propias madres, de poco servirán todos los demás esfuerzos.