PBI. El desempeño de la economía peruana en mayo fue igual al de los tres meses que lo antecedieron (igual de desalentador), pues también estuvo marcado por los malos resultados de pesca, minería metálica y finanzas. El primero de esos sectores, como se sabe, depende de factores climatológicos –y en buena parte de un único recurso, la anchoveta–. Su retroceso ha afectado la manufactura de harina de pescado y el procesamiento para consumo humano. En cambio, los otros dos se comportan en función de factores que, en cierto grado, pueden modificarse vía acciones de política gubernamental si algo no anda bien. Pero para eso se necesita un Gobierno interesado en el país.
Finanzas sufrió en mayo su noveno mes consecutivo de descenso (para minería metálica fue el cuarto mes). El mal manejo de los conflictos sociales de parte del Ejecutivo –en el Congreso no se dan por enterados del grave problema– está conllevando que las comunidades cometan actos que están penados por la ley y, en consecuencia, están provocando una interrupción prolongada de la actividad, que se contrajo 10.69%, la tasa más baja desde setiembre del 2020. Por su parte, el enfriamiento de la economía se refleja en la contracción de finanzas, en particular, de la inversión privada, pues los créditos corporativos cayeron 7.12%.
Construcción permanece casi estancada desde octubre pasado, coincidiendo con el inicio del declive de la inversión pública. Comercio siguió creciendo, pero menos que a inicios de año y agro continuó mostrando cifras en azul, comportamiento que podría cambiar dentro de pocos meses. En suma, mayo se sumó al enfriamiento de la economía, con la tasa de crecimiento más baja de los primeros cinco meses del año (2.28%). Aunque el PBI desestacionalizado aumentó (por primera vez en el año), la tendencia permanecía a la baja: la tasa anualizada pasó de 9.88% en el periodo de doce meses que terminó en abril a 6.87% en el terminado en mayo.
¿Un PBI enfriado genera empleo? Sí, pero no el de calidad. Lamentablemente, el objetivo del ministro de Trabajo, Juan Lira, es alcanzar el nivel prepandemia aunque sea con empleo informal. De hecho, mantiene la línea de sus dos predecesores e insiste en medidas e iniciativas que desalientan la contratación de personal. Da la impresión de que a este Gobierno solo le llama la atención el sector formal, que da empleo al 24% de la PEA ocupada, pero no para incentivarlo, sino para hostigarlo. Y ahora busca aplicar conceptos de huelga en los que solo los empleadores tendrían obligaciones.