economía peruana
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OPTIMISMO. Los peruanos cambiamos de estado de ánimo con sorprendente rapidez. A veces, guiados por indicios más que por certezas. El cambio de presidente y la renovación total del Gabinete han provocado una de esas inflexiones y, luego de muchos meses de ver el vaso medio vacío, ahora los empresarios, analistas y ciudadanos de a pie han comenzado a verlo medio lleno.

La encuesta que el BCR realiza mensualmente incluyó en abril la opinión de 26 analistas, 16 empresas financieras y 343 no financieras. Aunque la situación actual de los negocios no ha variado significativamente –incluso los niveles de demanda e inventarios permanecen en el tramo pesimista–, las expectativas empresariales sobre la economía nacional a tres y doce meses han mejorado, al igual que las expectativas de la situación de las propias empresas para los mismos horizontes temporales.

Si bien los encuestados esperan que el PBI de este año crezca menos de lo que proyectaban hace unos meses –para las empresas no financieras será 3.2%–, sus expectativas de corto plazo se están afianzando en el tramo optimista. Además, también ha mejorado su disposición a contratar personal en los próximos tres meses. El MEF ha reducido su proyección de expansión del PBI a 3.6%, mientras que el BCR se erige como el abanderado del optimismo: mantiene su cálculo en 4%.

El cambio de ánimo de la opinión pública es más notorio. Según la encuesta de GfK, tras cinco meses de caídas, su índice de confianza del consumidor (ICC) se recuperó en abril, al pasar de 80 a 98 puntos, muy cerca de abandonar el tramo pesimista, y en apenas un mes. Como siempre, la población del interior del país está tomando la coyuntura con un poco menos de entusiasmo que la limeña: su ICC se ubicó en 95 puntos versus los 104 del capitalino.

En todo el país, el 51% opina que el Gobierno de Martín Vizcarra está tomando medidas para reactivar la economía y el 67% cree que el país volverá a crecer económicamente. En realidad, lo que el presidente y su ministro de Economía han hecho es anunciar medidas –como agilizar la reconstrucción y reducir los gastos improductivos–, pero ese mensaje ha resonado porque la gran mayoría sentía que el de Kuczynski no lo hacía (69%) y porque algunos indicadores vinculados a la demanda interna han comenzado a levantar cabeza.

El Gobierno tiene ante sí un panorama positivo, pues ha logrado que la opinión pública se conecte con su mensaje. Ahora le toca reforzar esa percepción y comenzar a materializar sus ofrecimientos.La población del interior del país está tomando la coyuntura con un poco menos de entusiasmo que la limeña”.