Redacción Gestión

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TURISMO. , el eslogan de la marca Perú para atraer turistas extranjeros, no podría ser más acertado. Es que nuestro país sigue ocultando infinidad de tesoros, sobre todo en los departamentos que no forman parte del circuito sur, que atrae al 85% de los visitantes foráneos –excluyendo a los residentes chilenos que viajan a Tacna los fines de semana–.

El turismo receptivo peruano sigue sustentándose en el atractivo de Machu Picchu y su amplia zona de influencia: y el Valle Sagrado, el Manu, el lago Titicaca, Arequipa y el Colca, las Líneas de Nazca y Paracas, además de Lima, que se ha convertido en un destino gastronómico de primer nivel. Para el resto, queda muy poco, el norte solo recibe 10% de visitantes extranjeros y el oriente, 5%Estas zonas no están desarrolladas como productos turísticos, pues carecen de servicios apropiados en infraestructura (conectividad, transporte, hospedajes, etc.) y atención profesional (guías, seguridad, etc.). Lo preocupante es que este problema no es reciente, sino que perdura desde hace varias décadas y los avances para resolverlo han sido muy modestos.

El Plan Copesco es el órgano estatal ejecutor de proyectos de infraestructura turística, pero su influencia no es muy significativa. Por ejemplo, el año pasado invirtió S/ 118 millones en 45 proyectos, la mayoría de poca envergadura, pues el 75% se destinó a solamente dos: el acondicionamiento de la laguna Yarinacocha (Ucayali) y mejoras en Kuélap (Amazonas).

Habría que preguntarse si en lugar de crear un ministerio de Turismo o reestructurar Promperú –como se ha ofrecido en la campaña electoral–, lo que realmente hace falta es reforzar el Plan Copesco para que pueda trabajar en más obras que marquen la diferencia y que su presupuesto anual refleje la importancia de las obras que ejecuta. Claro que también habrá que afinar la calidad del gasto (en el 2013 destinó nada menos que S/ 240,000 a la colocación de carteles en las playas de Piura y Tumbes).

Entretanto, el circuito sur sigue fortaleciéndose. El Gobierno acaba de inaugurar la modernización del aeropuerto de Pisco (S/ 116 millones) y Promperú ha identificado un nicho interesante, el turismo de eventos (Lima, Cusco, Arequipa y Paracas). Mientras los tesoros del norte y oriente no sean puestos en valor, no podrá promocionarlos como es debido en el extranjero.