Redacción Gestión

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Sin recuperación. A diferencia de la manufactura, que hasta marzo llevaba once meses consecutivos de agonía, el PBI de la construcción ha mostrado un comportamiento errático: en el periodo abril 2014-marzo 2015 registró cinco meses de expansión y siete de caídas. Las malas noticias se han acentuado este año, pues su contracción durante el primer trimestre (-6.83%) ha sido más pronunciada que la experimentada por la manufactura (-5.2%).

La construcción es el termómetro más eficaz para analizar la situación de la economía peruana. Posee un amplio efecto multiplicador ya que muchas industrias dependen de su demanda (metalmecánica, química, cerámicos, minería no metálica, cemento y un largo etcétera), además de su impacto sobre el sistema financiero y servicios como electricidad, saneamiento y telecomunicaciones.

Pero es claro que la construcción no está bien y el Gobierno por fin se ha puesto a pensar en medidas creativas orientadas a devolverle el protagonismo que tuvo durante muchos años. Ayer, el ministro de Economía, Alonso Segura, anunció que "en los próximos días se darán medidas para fortalecer el sector construcción". Entre esas iniciativas figurará el esquema de alquiler-venta de viviendas, que deberá ser enviado al Congreso como proyecto de ley.

Según el viceministro de Construcción y Saneamiento, Francisco Dumler, 70 proyectos habitacionales se edificarán bajo dicha modalidad y beneficiarían a 25,000 familias, preferentemente del NSE C, que afronta una escasez de oferta. Ello significa que se tratará de complejos de viviendas de considerable envergadura. También se piensa promover un esquema para que las empresas inmobiliarias puedan invertir en proyectos de infraestructura de agua y saneamiento.

Hay que tener en cuenta que estas iniciativas tendrán efecto en el mediano y largo plazo –habrá que cruzar los dedos para que el Congreso les otorgue la prioridad que merecen–. Mientras tanto, el corto plazo no se ve muy auspicioso: tanto la inversión pública como el consumo de cemento cayeron en abril. Y si la construcción no se recupera será todavía un signo del enfriamiento de la economía.