Redacción Gestión

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BRECHA DE GÉNERO. En momentos en que se discuten temas relativos a los derechos de las mujeres, no se debe descuidar una de las desigualdades que más perjudica al segmento femenino: la remuneración.

El último informe trimestral de empleo del INEI (agosto -octubre 2015) muestra que el ingreso promedio mensual de los hombres se ubicó en S/. 1,833.4 y de las mujeres en S/. 1,255,4, es decir, los hombres ganan en promedio S/. 578 nuevos soles más que las mujeres.

Eso significa que aun si una mujer logra acceder a algún tipo de educación (el nivel de analfabetismo es mayor en mujeres que en hombres) solo por su género, su remuneración será 31.5% menor a la de un hombre, cuando las diferencias remunerativas deberían estar basadas en las capacidades de un trabajador.

El problema no se da solo en el Perú, según el Reporte del Foro Económico Mundial, la brecha de género global en salud, educación, oportunidades económicas y política se ha cerrado apenas un 4 % en los últimos 10 años y la brecha económica tan solo un 3 %, lo que sugiere que se tardarán otros 118 años en cerrar esta última por completo.

Si bien no hay un país donde no exista brecha de género, algunos muestran importantes avances, por ejemplo, Colombia logró subir 11 puestos; sin embargo, el Perú retrocedió 44 posiciones; en el aspecto concreto del entorno económico, el país cayó 12 posiciones al puesto 110, debido a los menores salarios de las féminas frente a los varones y las mayores irregularidades en el pago de los mismos.

Generar políticas que busquen cerrar estas brechas no solo beneficia a las mujeres, pues la autonomía económica les da la oportunidad de luchas contra otro tipo de discriminaciones, sino que también beneficia al país en su conjunto.

Un estudio elaborado por Oxfam para el G20 destaca que si la tasa de empleo remunerado de las mujeres fuese igual a la de los hombres, el PBI de los Estados Unidos incrementaría un 9%, el de la eurozona un 13% y el de Japón un 16%. Ahora que estamos en un proceso electoral es necesario que los candidatos planteen acciones concretas para reducir la brecha más allá de tratar de cumplir, de cualquier manera, con las cuotas de género.