INDUSTRIA. Hasta setiembre, la manufactura no primaria continuaba, en los hechos, en recesión y no había logrado reaccionar completamente a la recuperación de algunos sectores a los que provee, como construcción. Según el BCR, este subsector registró una caída de 1.7% el año pasado, cerrando así su tercer año consecutivo de contracciones, y para este año estima otro retroceso (1.5%). Entre enero y setiembre, de acuerdo a las cifras del INEI publicadas la semana pasada, la actividad fabril no primaria registró una variación negativa de 2.04%.

Dos de sus tres componentes –producción de bienes de consumo y de bienes intermedios– siguieron esa tendencia, mientras que el tercero –bienes de capital– sí creció, debido al impulso mostrado por el rubro de maquinaria para la explotación de minas y canteras y para obras de construcción. Sin embargo, el impacto de los cuatro meses consecutivos al alza de este último sector todavía no alcanza a otros rubros como aserrado de madera, ladrillos y cemento, mientras que pinturas y revestimientos muestra altibajos (en setiembre se contrajo).

Se espera que estos rubros comiencen a recuperarse a medida que se agoten sus stocks acumulados y la demanda de la construcción continúe robusteciéndose. No obstante, el dinamismo que se esperaba hace unos meses no cubriría las expectativas pues todo indica que la reconstrucción del norte tomará más tiempo del planificado inicialmente, de modo que la apuesta principal recaerá en las obras para los Panamericanos, que debido a las restricciones de plazo no podrán prolongarse demasiado.

Un rubro que está comenzando a mostrar una recuperación parcial es la industria textil y de confecciones. Su primer componente, que corresponde a la producción de tejidos e hilados, principalmente, estuvo creciendo desde mayo y en agosto apuntó una expansión de 15%. El otro componente –elaboración de prendas de vestir– siguió con cifras en rojo hasta agosto y su caída acumulada desde enero fue 6.5%. Hay que diferenciar entre ambas ramas, pues la que genera mayor valor agregado y empleo es la de confecciones.

Otras industrias que llevan tres años contraídas son madera y muebles, papel y metalmecánica. Lo más probable es que la reactivación del consumo interno y la mayor demanda externa provoquen un cambio de tendencia, pero lo que todavía no está claro es si se tomarán medidas para prevenir que una próxima época de vacas flacas no sea tan severa con la manufactura no primaria. Bien puede ser motivo para que el Gobierno arme una mesa ejecutiva en el marco del Plan Nacional de la Diversificación Productiva.