INFLACIÓN. Los datos del comportamiento de la economía en julio podrían considerarse el punto de partida de la política que el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski tendrá que aplicar para salir del atolladero y darle estabilidad a la débil recuperación. Por lo pronto, el MEF ya publicó la revisión del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2017-2019, que estima un crecimiento del PBI de 4% para este año.

El avance coyuntural del mencionado mes, publicado ayer por el INEI, muestra que la tendencia desaceleradora de la economía se mantiene, con la persistente caída de la construcción (fue la mayor del año), la desaceleración del crédito, la alta morosidad bancaria y la contracción acumulada de los ingresos tributarios como indicadores más saltantes por el lado negativo, al punto que según la última encuesta de GfK el 65% de peruanos considera que la economía aún está estancada. El dato positivo de los últimos siete meses es la expansión de la minería a tasas récord, cuyo efecto desaparecerá en el 2018, año en el cual se espera que la política económica del Gobierno de PPK ya haya podido reactivar la inversión privada.

A nivel de las expectativas también se registra un alza tanto en la confianza de los empresarios como de los consumidores. Asimismo, en julio hay un salto en la pesca luego de haber estado en rojo los cinco meses previos. Esta situación estacional podría incidir en mejores datos para la manufactura primaria, e incluso sobre el total industrial, aunque ese resultado recién lo conoceremos el día 15 –lo mismo que las cifras del comercio y los servicios–.

Con respecto a la inflación, el resultado de agosto (0.36% en Lima y 0.30% a nivel nacional) rompió con la tendencia de tasas relativamente bajas de los cuatro meses previos, aunque la tasa anualizada, en ambos casos, se mantiene dentro del rango meta del BCR (entre 2% y 3%). El aumento del tipo de cambio fue uno de los factores que explicaron el alza de los precios, lo mismo que el incremento de las tarifas eléctricas, entre otros.

También cabe anotar que los precios de maquinaria y equipo aumentaron a una tasa poco usual (0.79%), lo cual indicaría, además del impacto del dólar, una posible reversión positiva en la demanda por estos bienes. Si esto se confirma, estaríamos viendo el primer efecto de la recuperación del optimismo de los empresarios, que por ahora solo se ve en las encuestas.