Redacción Gestión

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Nuevo esquema de vivienda. El Gobierno ha publicado la norma que regula el de inmuebles y el leasing inmobiliario. Lamentablemente, las expectativas generadas por esta norma no se han visto satisfechas.

En noviembre del 2011 ya se anunciaba la posibilidad de crear una figura que permitiera que aquellas personas que no contaran con el dinero para pagar una cuota inicial pudieran comprar un inmueble. En ese momento se dijo que la figura se estaba trabajando en coordinación con el sector privado.

Este tema fue puesto nuevamente en vitrina este año, cuando el ministro de Vivienda anunció que ya tenían el proyecto listo para ser enviado al Congreso.

Entonces se habló casi indistintamente de las figuras de alquiler-venta y leasing inmobiliario, se aseguró que estas modalidades servirían para demostrar capacidad de pago del inquilino y para que, luego de alquilar la vivienda por dos o tres años, la persona tuviera, en su cuenta de capitalización, el monto necesario para la cuota inicial que le permitiera comprar el inmueble.

La noticia fue tomada con mucha expectativa. Se dijo que esta medida permitiría ocupar todos los departamentos que aún las constructoras no han podido vender y que lograría satisfacer la demanda de de muchos sectores de la población. Sería, según algunos, la mejor medida de este Gobierno.

Sin embargo, la norma publicada gracias a las facultades delegadas del Ejecutivo dista de las expectativas generadas por las propuestas iniciales del Gobierno.

La ley ya no descarta el pago de una cuota inicial; el monto que se pague por alquiler, en la figura del alquiler-venta, ya no servirá como capitalización sino únicamente como prueba de récord crediticio. El no pago de cuota inicial quedaría únicamente para la figura del leasing inmobiliario, la cual no está claramente explicada.

Desde el sector privado, que deberá darle vida a la norma, advierten que la figura del leasing tardará en ser implementada y en el sector financiero aseguran que dicha figura todavía no está clara. Por el lado de los usuarios aún no se logra ver el beneficio.

Si la banca y el sector inmobiliario no encuentran atractivas estas figuras y si los usuarios no entienden cómo usarlas, se tratará de una bonita norma en el papel, pero que no tendrá ningún efecto práctico. Es momento de comunicar mejor la propuesta.