Redacción Gestión

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AUDACIA. Ni bien el exministro de Economía, Luis Castilla, anunció la cotización de acciones de Sedapal en la Bolsa de Valores de Lima, diversas bancadas del Congreso reclamaron su interpelación. Esto ocurrió entre fines de agosto y principios de este mes, cuando nadie sabía que el funcionario ya estaba casi de salida. Ante el riesgo de generarse más ataques, el Gobierno dio marcha atrás rápidamente.

Quien le enmendó la plana a Castilla no fueron ni el presidente Ollanta Humala ni Nadine Heredia, sino el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Milton von Hesse. En conclusión: la participación privada en Sedapal aún no se ha definido dentro del Ejecutivo, sino que sigue en evaluación, como lo ha estado desde hace más de veinte años.

Es comprensible que los congresistas no entiendan que "privatización" no significa necesariamente la venta del 100% de una empresa estatal o la entrega del control al capital privado con un porcentaje menor de acciones. Lo que no se entiende es por qué en el Ejecutivo no existe consenso para llevar a cabo un proceso que aliviaría la carga financiera y económica que enfrenta la empresa. Si ya se decidió abrir el accionariado de la otrora intocable Petroperú y también de las eléctricas, no debería ser tan complicado dar un paso más.

Si bien Sedapal está mostrando resultados aceptables –obtuvo utilidades por S/. 92.4 millones entre enero y julio, más del doble de lo programado–, si tomamos en cuenta que su plan de inversiones supera los S/. 9,000 millones, la única alternativa que tiene, si se le sigue dando largas al ingreso del capital privado, sería endeudarse y que el Estado asuma ese pasivo como parte de la deuda pública. Lima seguirá creciendo y quizás esa millonada que se necesitará para aliviar la nueva demanda se incrementará en el mediano plazo.

Además de los anquilosados factores políticos, el otro gran problema que lastra la modernización operativa de Sedapal es el tarifario. Von Hesse informó que en el 2015 habrá un "pequeño" ajuste, pero se cuidó de omitir el atraso que tiene el precio del agua. Esta falta de firmeza tiene que terminar.