Redacción Gestión

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LOS CASOS DE COLOMBIA Y BOLIVIA. Para nadie es un secreto que la se está desacelerando. Y, en gran parte, como han señalado algunas autoridades, esto se debe al contexto externo: el fin del "boom" de los precios de los minerales; las condiciones financieras más ajustadas y una demanda global todavía débil.

Por estos motivos no solo Perú sino Latinoamérica en conjunto vienen creciendo a ritmos menores desde el 2011. Este año, por ejemplo, se estima que el crecimiento de la región corregido a la baja recientemente se situará alrededor del 1.6%.

Sin embargo, hay dos países que han podido sortear notablemente esta tendencia: y .

Desde que Evo Morales llegó al poder en el 2006, Bolivia ha crecido a una tasa promedio de 5% mientras que ha reducido la pobreza en poco menos que la mitad. El año pasado, lejos de desacelerarse, la economía se expandió 6.8%, la segunda con mayor crecimiento en Latinoamérica.

Mucho de ello, no obstante, ha ocurrido con la intervención del Estado, que se ha encargado de controlar la industria energética del país. Los altos precios del gas particularmente –cuya industria representa más del 20% del PBI- le han servido al Gobierno para aumentar el empleo público y los salarios, lo que ha generado un crecimiento acelerado del consumo interno.

Sin embargo, las bajas tasas de inversión privada no auguran un buen futuro una vez que el 'boom' del gas se acabe, sea cuando fuere.

Colombia, por su parte, creció 6.4% en el primer trimestre y espera terminar el año cerca del 5%. Al igual que Bolivia, también ha sido beneficiado por sus términos de exportación.

El y el carbón, dos de sus principales productos, se han mantenido a un precio alto durante los últimos años, atenuando el efecto de la demanda internacional sobre la balanza comercial.

Pero, a diferencia de Bolivia, Colombia viene implementando una serie de reformas en los últimos años para impulsar la inversión. Entre otras cosas, ha reducido los impuestos a los salarios, flexibilizando el régimen laboral y tributario para las empresas chicas y medianas. Y a diferencia de Perú, el Gobierno colombiano implementó estas medidas con mayor tiempo y mucha más audacia.