Redacción Gestión

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INVERSIÓN. Como señalamos ayer en esta columna, las finanzas de las empresas inscritas en la bolsa limeña están sólidas. Ni qué decir de los bancos, cuya liquidez en moneda extranjera es holgada y en moneda nacional, si bien ha estado creciendo a menor ritmo, continúa en buen estado, aparte de que el BCR ha venido dictando medidas para impulsar su dinamismo.

En cuanto a los financistas del exterior, según los ejecutivos de inPerú –una asociación que promueve al país como destino de inversiones–, están "haciendo cola" para destinar sus fondos a proyectos en el país. El Perú sigue siendo una plaza atractiva para el capital foráneo, pues no existen limitaciones para su uso en actividades lícitas, además de las oportunidades que ofrece el mercado, tanto interno como el de exportaciones.

Entonces, ¿cuál es el problema? Pues es por todos conocidos: las excesivas regulaciones y trámites burocráticos que dilatan los proyectos, desde que se diseñan hasta que entran en fase de producción. La consecuencia más reciente de esta debilidad es que la inversión privada cayó 0.3% en el primer semestre respecto del mismo periodo del año pasado. Este único dato es más que suficiente para justificar el paquete promotor que lanzó el Gobierno el mes pasado.

Si nos fiamos en lo que se asegura en el y en el Reporte de Inflación del , que contiene todos los datos y proyecciones económicas relevantes para sentirse bien, más o menos, o mal –como ahora–, lo peor ya pasó, y este semestre que acaba de comenzar marcará el ansiado punto de inflexión. El instituto emisor prevé que la inversión privada recuperará su dinamismo en lo que resta del año, con lo cual se iniciaría un proceso de recuperación de la demanda interna.

Ese repunte valdría un 3.2% para todo el 2014, aunque hay que advertir que la proyección fue recortada en casi la mitad –en el anterior reporte, publicado en abril, se vaticinaba 6%–. También se espera una mejora en la evolución de las exportaciones, considerando una mayor capacidad de producción de la mina Toromocho. Ojalá no sea necesario volver a recalcular a la baja tantos indicadores.